Ayudar a alguien que esta mal anímicamente

Si tienes algún amigo o familiar que se siente mal anímicamente, habrá que ayudarlo con creatividad, haciendo actividades que impliquen movilizarlo y distraerlo.

Cuando uno de nuestros amigos o familiares queridos se encuentra mal anímicamente, seguro que queremos ayudarlo, hacerlo sentir un poco mejor, pero a veces no sabemos bien cómo hacerlo. Es que cada uno tiene sus propias características, y a veces lo que pensamos apropiado puede no serlo.

Ideas para ayudar a alguien que esta mal anímicamente

Para ayudar a quien está con el ánimo por el piso, el truco está en saber escuchar, prestar atención y comprender. A veces nos parece incorrecto algo que a nuestro ser querido puede serle de gran ayuda. Hay que salir de la caja y pensar de manera creativa cuando en verdad queremos ayudar a hacer que alguien se sienta mejor. Y la mejor manera de hacerlo, es observando a esa persona.
"Para ayudar a alguien que está mal anímicamente, el truco está en saber escuchar, prestar atención y comprender."

Cuando nuestro amigo esta mal de ánimo, puede que se sienta un poco triste. Nuestro primer instinto es darle nuestra compañía, un abrazo, compartir una cena o cerveza y charla, pero quizás esto no sea lo que en verdad le proporcione bienestar. Por eso, procuraremos hablar algunas palabras con esta persona, y averiguar qué es lo que en verdad le sería útil.
Quizás lo que en verdad le haga falta sea despejar la mente, en alguna actividad que acapare sus sentidos. Es allí cuando nos ponemos en acción, e invitamos a nuestro amigo a hacer un vuelo en parapente, a escalar una pared, a hacer un vuelo de prueba, a una clase de pintura creativa, o a hacer alguna actividad muy poco usual que logre distraerlo para que se relaje algunos minutos.

Puede también, que el mal estado anímico de nuestro ser querido es a causa de enojo o rabia. Podemos prestarle nuestro oído y aconsejarlo, seguro, pero tal vez esto no sea lo que necesita. Quizás lo que le sería en verdad agradable fuera lograr descargar ese exceso de energía de alguna manera. Es allí cuando prendemos la lamparita del ingenio, y nos vamos de compras por los bazares, reuniendo una veintena de platos baratos que nuestro amigo pueda arrojar contra la pared de un galpón y destrozar a gusto, o quizás podamos pagarle unas clases de boxeo para que logre arrojar su ira contra la bolsa.
Y si sucede que nuestro amigo está mal anímicamente por otra causa, ya sea porque se siente frustrado, solitario, o poco exitoso, podríamos pasar horas y horas hablándole de lo bueno que es, de sus grandes cualidades, pero seguro que esto podría ser menos efectivo que una muestra en vivo y en directo. ¿Por qué no organizamos una reunión con todos los conocidos, y grabamos un video en el que todos digan algo malo de él, y luego lo compensen con algo bueno?. De esta manera, estaremos diciendo a nuestro amigo que todos tenemos fallas y errores, pero también tenemos numerosas virtudes.
A la hora de ayudar a alguien que se siente mal anímicamente, podemos decirle millones de palabras, pero quizás no sea lo más efectivo. Lo ideal será pensar algo creativo que implique acción y no pasividad; las palabras son buenas, pero se olvidan rápidamente, muy distinto a hacer algo que ingrese por los 5 sentidos y ayuden a levantar el ánimo de nuestro alicaído amigo.

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