Existen personas que se consideran un imán para los problemas, otros se sienten afortunados por las pocas eventualidades que les surgen. Pero lo que sí debemos tener claro es que a todos se nos presentan situaciones en la vida y, evidentemente, dependemos de la capacidad mental, de nuestras creencias, programaciones y paradigmas para enfrentarlas exitosamente.
A continuación encontrarás una secuencia de nueve pasos que debes usar para enfrentar los problemas y emprender los procesos de cambio que sean necesarios. Esta secuencia tiene un punto de inflexión, pues sin tu habilidad para reconocer sería imposible obtener la transformación esperada.
Si cumples con esta agenda podrás enfrentar el cambio tanto empresarial como personal de una forma asertiva y con resiliencia.
Visualizar: no es necesario tener habilidades extrasensoriales. Con la sola experiencia de vida, con el conocimiento del diario acontecer -más una pequeña cuota de atención-, seguro lograremos identificar los problemas mientras estos ocurren o idealmente antes de su aparición.
Tranquilidad: de nada vale quedarse en la dificultad y ahogarse en la ansiedad. No se debe entrar en pánico psicológico, por el contrario, debes tranquilizarte para enfrentar en mejor posición la manera de actuar.
Analizar: se debe contraponer el problema con tus reales posibilidades de resolverlo. Debes determinar si tu caja de recursos cuenta con las herramientas suficientes en cantidad y calidad para solventar la situación.
Reconocer: este es el punto de inflexión. Si tu caja de herramientas no cuenta son los recursos adecuados, debes admitir la debilidad, ya que solo al reconocer aceptaremos la necesidad de formación para luego abrirnos al crecimiento continúo.
Reflexionar: debes enfocarte en que la mente es capaz de facilitar el cambio personal. Recuerda el enorme poder de tu mente, rememora todos los procesos victoriosos, todos los logros alcanzados, confía en la grandeza de tu ser.
Plan de acción: en todo proceso de cambio es necesario ejecutar un sencillo plan de acuerdo a las necesidades, una herramienta cargada de tiempo y acciones que nos impulse en el camino a aumentar el potencial como seres humanos.
Ejecutar: la implantación de un nuevo hábito demanda acción, práctica y tiempo. Debes comprometerte y ser paciente en el tiempo hasta alcanzar el objetivo. Es vital apoyarte en la mente: allí es donde nace la autoconfianza, pilar fundamental de la autoestima y condición básica para emprender acciones de forma perseverante y sostenida.
Aplicar emociones positivas: la mente controla en gran medida las emociones y para emprender un proceso de cambio es necesario que nos embargue emociones positivas, de lo contrario poco podremos avanzar. En la relación mente-emoción también reposa el autoconvencimiento, es decir, la convicción de que debemos cambiar. Si no estamos convencidos, el cambio es imposible.
Estructura: debes contar con una red de apoyo que verdaderamente te motive a la mejora a través del reconocimiento pertinente, que comprenda tus dificultades y sepa hacerte ver las debilidades apenas se presenten y que te escuche con verdadero interés para hacerte las preguntas adecuadas en los momentos justos.
Antes de proponerse cambiar es transcendental hacer un acto de verdadera reflexión que pase por reconocer nuestras debilidades y termine con la conclusión de una real necesidad de cambio. En tal reconocimiento es importante responderse las siguientes preguntas: ¿qué debo cambiar?, ¿Por qué debo cambiar? ¿Qué beneficios conseguiré si cambio? ¿Qué perjuicio obtendré si no cambio?
El cambio es una constante en la vida. Está en ti reconocerte con las herramientas, habilidades y estrategias pertinentes para que esa transformación resuelva las debilidades que se presenten. Solo desde ese reconocimiento podrás aplicar los nueve pasos para impulsar tu cambio hacia el crecimiento continuo.
“Lo importante no es cuantas veces caes, sino cuantas veces te levantas” J.F Kennedy.
http://www.gestiopolis.com/organizacion-talento-2/9-pasos-para-cambiar-ante-la-adversidad.htm