Vamos a desfatigar y a relajar nuestro preciado tesoro que son los ojos, los pasos a seguir son sencillos y efectivos.
Palmeado: Consiste en poner las palmas de las manos sobre los ojos cerrados, con los codos encima de la mesa. Las manos no deben efectuar ninguna presión, se trata e relajar, pero como más oscuridad se consiga mejor. De esta manera durante unos diez minutos se relajarán los ojos. En el caso de que la visión sea normal o casi normal se verá el campo visual totalmente negro, si no es así es probable que aparezcan manchas grises o de color, franjas luminosas... pero a medida que mejora la vista, estas franjas van desapareciendo. Sea como sea, no debe atenderse a las manchas, ya que en ese caso los ojos no se relajarían.
Parpadeo: Es un ejercicio que consiste en abrir y cerrar los ojos, tal y como se parpadea normalmente pero a más velocidad. Los párpados tienen un papel primordial en la protección de los ojos, del buen funcionamiento de éstos depende en gran parte de que la vista sea buena o mala. Parpadear tiene dos funciones: conceder cierto descanso a los ojos, aunque sea de forma instantánea, aislándolos de la luz, y humedecer los ojos. Cuando la visión es normal, el parpadeo es constante, aproximadamente cada cinco segundos, pero cuando se fuerzan los ojos y se fija la mirada, la tendencia es a disminuir la frecuencia del parpadeo. La práctica repetida estimulará su asimilación inconsciente. Puede practicarse tan a menudo como uno quiera.
Acupresura: Consiste en realizar un masaje, apretando ligeramente con los dedos o los nudillos en movimiento circular a los laterales del nacimiento de la nariz; encima de la ceja, en la parte central; por debajo de los extremos exteriores de las cejas, las sienes y la parte superior de los pómulos. Hay otro punto situado en la mano, en el pliegue entre los dedos pulgar e índice, allá donde con la mano cerrada, acaba la arruga. Cuando hay tensión acumulada, se nota una pequeña bola. La acupresura afloja la tensión de la musculatura, y es una buena práctica para relajar los ojos durante largos períodos de lectura o esfuerzo ocular.
Baños de sol: El sol es un regenerador del cuerpo en general, y muy beneficioso para los ojos. Aumenta la vitalidad y relaja los órganos. Para los baños de sol oculares, se cierran los ojos y se dirige la cara hacia el sol, desplazando muy lentamente la cabeza de derecha a izquierda y viceversa. Después palmear durante unos segundos y se repite la exposición al sol. También se pueden abrir los ojos muy levemente de vez en cuando, como en un flash. Los baños de sol son recomendables con bastante frecuencia y de corta duración. Atención: No te excedas mirando al sol, la exposición prolongada es peligrosa.
Agua fría: Es recomendable lavar los ojos con agua fría varias veces al día, puedes hacerlo empapando unos algodones o bien mojándolos directamente, los relaja y los tonifica.
Supervisión: Sr. Jaume Abós (maestro de bhakti Yoga, Hatha yoga, Gnana yoga y Tai-chi).