Todo lo que tienes que hacer es pensar en los Ángeles.
Siempre observan y escuchan. Ábreles tu mente. Tórnate consciente de tus instintos, de tu intuición y de tus sentimientos íntimos. ¡Son los Ángeles que te hablan!
Hay dos fases en la comunicación angélica: activa y pasiva.
En la fase activa pedimos y oramos. En la fase pasiva nos relajamos y permitimos que actúen a través de nosotros, recibimos y absorbemos su energía.
Si esperas luces y visiones, olvídalo. En el 90% de las veces, los Ángeles no se manifiestan físicamente, se limitan a hacer que funcionen las cosas, a sincronizar acontecimientos, a llevar a personas a tu vida, a protegerte y a abordar temores y problemas, así como situaciones concretas.
Diariamente, y tanto si lo advierte como si no, a todo el mundo le sucede una cosa, o diez, que son cosa de los Ángeles. Resulta fácil tomar consciencia. Piensa en lo que te ha pasado hoy, quizás ya te has dado cuenta de alguna de sus intervenciones.
El contacto con tu Ángel
Ponte físicamente cómodo
Elimina todas las distracciones
Elige tus sonidos
Respiración - Inhala sentimientos positivos y luz, exhala los negativos
Busca primero a Dios - Alabalo y dale las gracias por todas las cosas.
Ilumínate - No tienes que mostrarte solemne, sino simplemente sereno.
Repasa la lista de cosas para las que necesitas ayuda, manifiesta por adelantado tu gratitud.
Crea un altar angélico - crea un lugar especial y coloca cosas que te recuerden a los ángeles.
Fuente: http://www.mundoluz.org/unirse.html