¿Te ha pasado, alguna vez, de que experimentaste que tu mundo ya no estaba bajo tu control? Sentías como si todas las personas se iban de tu vida y que algunos aspectos de tu personalidad eran manejados por otras personas. ¿Eras vulnerable a los dichos de otra gente?. Ahora bien, ¿Cómo podemos modificar esta situación tan dolorosa?
En primer lugar, hay que revisar algunas situaciones específicas en las cuales, te molestaba estar fuera de control. Es interesante observar que en todas las circunstancias, hay algún aspecto de “culpabilidad” o de “adivinar quienes son los involucrados”. Estos son algunos signos de que el autocontrol se perdió.
Hay muchas maneras de que la gente sienta esa “pérdida de control” en sus vidas. Se puede perder el control porque se siente frustración, agotamiento, vivir en la rutina, estancamiento, cambios en el carácter, enfermedad o padecer algún trauma, y sin embargo, uno de los más comunes, es cuando la parte inconsciente cede al control de los demás. Este es un acto totalmente inconsciente donde participan dos o más partes. Una es la que domina sobre la otra.
También puede influir lo que se llama “las voces de los padres” que fueron controladores y moldearon la vida de sus hijos. Estas son las voces que imparten las normas establecidas por una autoridad, o sea, de la familia o de amigos que formaron parte del sistema de creencias que fue evolucionando dentro de cada persona. Sin embargo, algunas influencias de gente externa, puede volver a comprometer ese instinto básico en la búsqueda de la aceptación de esa “voz de los padres”, mediante la imposición del concepto de “la duda” en su mundo actual. Al aceptar esa culpabilidad o esa duda, que es impuesta por otras personas, se comienza a vivir dentro del “contexto” de la vida de otro. Tu estas renunciando a tu propio sistema de creencias y adoptas la visión esa otra persona. Al realizar esto, estas empezando a vivir a través de las reglas y controles de él.
Una de las áreas más común de apreciar esto, es dentro de un entorno profesional o de un grupo de trabajo, donde existe el control por medio del poder y eso se transforma en parte del medio ambiente. Muchas personas que son políticamente inteligentes, toman el control del grupo porque simplemente aprenden cuáles son sus formas de actuar y creencias, ganando su confianza, y luego, incorporan en ellos el concepto de la duda o el sentimiento de la no aceptación a sus propias creencias. De esta manera, ellas son inconscientemente vistas como la figura paterna, y la persona que es dominada requiere la aceptación de la parte dominante. Ahora, esa persona se encuentra bajo el control del que es supuestamente el más inteligente. Con el tiempo, la parte dominada comienza a sentir cierta animosidad hacia la persona dominante, pero por lo general, no está segura de porque siente esto. Un indicio de que siente que su mundo está fuera de su control, es porque no le gusta como la otra persona la está tratando.
Una vez que se entra en este estado de dominación, es difícil liberarse. Hay que recomponer esas emociones y la duda incorporada en el inconsciente que pesa sobre su pensamiento.
La forma de comenzar esta liberación, es reconocer que el trato de esa persona no es de la total aceptación, hay un cierto desagrado interno e insatisfacción personal. Al separar el ego de las emociones, entonces eres capaz de liberarte de las riendas de esa falta de autocontrol. El tema principal no es ese control explícito sobre ti sino que tú estás buscando su aceptación. Esta es una situación en la cual tú la debes observar.
La mejor manera de prevenir estas situaciones es que seas consciente de que tu mente no recuerde esas “voces de los padres”, que aún están presente y permiten que los demás te controlen. Es necesario sustituir esos antiguos conceptos, por tus propias reglas que están en tu sistema de creencia, que has formado a través esa liberación emocional. Por lo general, cuando se deja atrás estas voces, sales de un estado de comodidad. Es muy oportuno en ciertos momentos dejarse llevar por los dichos de otras personas, es cómodo, no hay que tomar responsabilidades ni decisiones, pero esto son los puntos desencadenantes que pueden hacer disparar dentro de tu mente, que aceptes este tipo de situaciones que hacen que pierdas en control de tu mundo.
Te voy a dar un ejemplo de cómo se cae en este tipo de falta de control del propio mundo. Juan había terminado su universidad, y sus padres habían fallecido, no tenía a ningún familiar en quien apoyarse, por lo que se sentía solo. En su interior, estaba esperando que cualquier persona le dijera que tenía que hacer con su vida. No contaba con ningún tipo de referencia emocional en su interior. Esto es un aspecto disparador para que cualquier persona entre en su vida y le diga que tenía que hacer. Debido a esto, Juan tomo el camino más fácil, se dejó llevar por malas influencias y termino con grandes problemas en su vida. Fue una presa fácil del engaño. Pero obtuvo lo que quería, la aceptación y la dirección de los demás. Después de mucho trabajo interno emocional y planificar cada uno de sus pasos para salir de esa gran confusión, pudo encaminarse hacia lo que realmente él deseaba, tomar el control de su vida.
Como puedes apreciar, este tipo de situaciones son muy comunes de verse y puede pasarle a cualquier persona en cualquier momento de su vida. La gente tiende a sentarse y esperar la aceptación y la orientación de los demás. Decidieron ceder el control de sus vidas.
Trata de vivir tu propia vida mediante la sustitución de estos disparadores, a través de tus propias reglas. Nunca trates de buscar la aceptación de todo lo que haces, busca tu propia aceptación interna, cree en ti, en tus valores y pon a funcionar tu propio sistema de creencias. Tú eres capaz de tomar las riendas de tu propia vida. Aprende a aceptarte, eres la única persona que tiene que tomar sus propias decisiones y esforzarte para cumplir todas tus metas, más allá de la opinión de los demás. Sé el dueño de tu propio camino.
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