Esto les paso a todas las personas. Un día, nos despertamos sin energía, no queremos hacer nada. No queremos salir de la cama, y al mismo tiempo, queremos salir de ella. Eso es normal. Esto es una regla de la vida. Lo que no es normal, es cuando nos enredamos en la falta de energía, en la falta de motivación. Tampoco es normal, que continuamente hablemos de no hacer nada. Pero ¿Qué hacemos cuando nuestra mente está enfrascada en no hacer nada? Tal vez debes comenzar con las siguientes recomendaciones.
Piensa en el peor de los casos. A todos nos han dicho que imaginar el éxito es muy motivador. Ahora, ¿Por qué hacemos entonces todo lo contrario? ¿Por qué no imaginar un futuro sombrío, sin esperanza? ¿Si nos quitan la felicidad y el éxito? ¿Por qué no imaginarte viviendo eternamente en una rutina donde los logros y la esperanza son inexistentes?
Da miedo, ¿verdad? Pocas personas comprenden que ya se posee un billete de ida hacia esta visión. Ahora lo que quiero es que tomen conciencia de esta postura y que trabajen para romper con estos malos hábitos. Convierte tu vida en torno al trabajo de lograr tus objetivos. Ahora, eso sí es algo de motivación.
Fíjate una fecha para este cambio y comprométete con él. El cambio debe venir desde el interior de cada uno de nosotros. A veces se nos impone, y otras, elegimos cuando va a suceder. Siempre es preferible tener el control sobre el cambio para que no nos tome de sorpresa. Si el cambio necesita que busques una fecha específica en el calendario, establece una. Haz un círculo enorme de color rojo alrededor de la fecha. Que esto te sirva de motivación para empezar a hacer las cosas que deberías haber hecho semanas, meses o años atrás. Que esta fecha elegida te sirva como un nuevo comienzo en tu vida.
Rompe con la rutina. Cuando estés haciendo lo mismo todos los días, tarde o temprano, la energía que una vez tuviste, drenará. No importa si sientes pasión por tu trabajo, proyecto o meta, sufrirás de falta de motivación una vez que tu cuerpo sienta que estás haciendo lo mismo día tras día.
No tengas miedo de romper con la rutina de vez en cuando. No trabajes por un día. Deja de hacer tu rutina durante una semana. Tomate un mes de vacaciones. Enfréntate a una nueva afición por un año. Esto te puede ayudar a dinamizarte y reavivar tu energía. Mientras estas tomando un descanso de tu rutina, no pierdas la fe de que vas a tener la misma energía que una vez tuviste cuando empezaste a trabajar.
No pierdas de vista tus metas. Es fácil perder la concentración cuando hay demasiada distracción a tu alrededor. Ya sea por los niños, el desorden en tu trabajo o casa, encontraras que estas cosas tan simples, te recuerdan a otras que te pueden conducir a la desconcentración de tus objetivos. Para evitar que mates en ti tu propia motivación, siempre trata de cumplir con tus metas y excluye todo lo que se relacione con aniquilar tu motivación interna.
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