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| La trampa de la autoestima | |
| | Autor | Mensaje |
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Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
| Tema: La trampa de la autoestima Mar Ago 14 2012, 20:57 | |
| La autoestima es un concepto al que echamos en falta o que observamos cuando no nos sentimos completamente bien. La autoestima falla, decimos habitualmente, cuando las circunstancias de la vida, fueren cuales fueren, no acompañan, o incluso, cuando acompañando aparentemente, sufrimos, tenemos depres o incluso peor, hondas depresiones. En suma, el descontento con uno mismo surge cuando de una manera u otra vemos que algo en nuestra vida no nos gusta. Existe una preocupación. Bien, entonces echamos la mano a este concepto del aprecio a uno mismo e intentamos enfocar nuestra existencia desde la perspectiva más agradable posible. Observamos nuestros méritos personales, nuestras cualidades personales, y sobre todo según los casos, nuestras aptitudes afectivas. Lo que sucede es que seguramente la fuente del dolor se encuentre en alguno de esos capítulos. La vida es así, de todo, menos perfecta. Podemos recomponer esa imagen emocional -lo que la definición presentada inicialmente denomina “opinión” – de nosotros mismos como un rompecabezas, intentando apartar las piezas que nos nos gustan y crear una nueva imagen que sea lo más agradable posible. Ese ejercicio de vida interior es al que yo denomino “trampa de la autoestima”. ¿Por qué trampa? Una trampa es algo desagradable, sugiere engaño y esto vendría a decirnos que la autoestima no es sino un autoengaño. Pues sí… en la medida que intentamos eludir una realidad incómoda, tramando componendas, intentando mantener nuestra imagen emocional de nosotros mismos lo más bien parada posible … no hay otra palabra para expresar esto; autoengaño. ¿Cuáles son sus manifestaciones? Uno muy sencillo y evidente es el de la culpa: nunca la culpa es nuestra. Sea cual sea el mal que nos aqueje nunca seremos nosotros culpables porque aceptarlo significaría comprender que somos imperfectos, asunción para el que la autoestima resulta inasumible. Sí, el peligro de intentar vernos como “personas buenas” y “bien intencionadas” entraña la ignorancia absoluta de lo que significa la “bondad” y de lo dificilísimo que resulta ser esencialmente “bien intencionado”. Comprender las motivaciones por las que hacemos lo que hacemos entraña un profundo conocimiento de uno mismo y un hondo y habitual ejercicio de reflexión, que, seamos sinceros, la gran mayoría de los mortales no realizamos. Otra de las manifestaciones es la de la “intolerancia del orgullo”; yo soy como soy, allá aquellos que no me soporten. Una autoestima demasiado fuerte o incluso una muy débil igualmente pueden acabar propiciando una personalidad intransigente con las personas, con dificultades para empatizar con el resto. ¿Por qué? Evidentemente el que la tiene fuerte porque ha llegado a un nivel donde le importa muy poco lo que los demás piensen de él o ella, se caracterizará por una personalidad orgullosa y arrogante. El que la tiene débil reconoce en ese modelo de comportamiento despectivo hacia el prójimo un caracter fuerte y por inseguridad lo imita para ganar esa pretendida fortaleza interior. A menudo la autoestima se afianza en el pensamiento que somos mejores que el prójimo, que la mayoría, de quienes nos rodean…. Estos son sencillos ejemplos por los que se observa que la autoestima muchas veces no nos lleva a ser precisamente mejores personas, ni muchísimo menos felices. Por eso es una trampa, porque aunque el objetivo inicial es aplacar un sufrimiento interior y a sentirnos bien con nosotros mismos, nos puede llevar más lejos de otra de las necesidades básicas humanas; sentirnos queridos y respetados. La trampa de la autoestima tiene su origen en que intentamos aplacar al Ego. Puesto que nuestra existencia gira en torno a nosotros mismos, es decir, nuestra vida interior no es sino saciar nuestras necesidades afectivas, económicas, físicas… necesidades mostradas por nuestro Ego, cuando se observan carencias en cualquiera de estas materias sentimos la punzada del sufrimiento… el remedio es recomponer la imagen para la dolorosa carencia mostrada por nuestro “voraz” Ego sea asumible y menos dolorosa. Digo “voraz” porque por muy buena que sea nuestra aparente realidad todos sentimos que podríamos vivir mucho mejor mejorando cualquiera de esas tres patas que mencionaba antes: podríamos estar aún más enamorados, o tener más y mejores amigos, o un mejor trabajo o una mejor casa, o estar más sanos o con un cuerpo atlético…o ser más jóvenes, o mayores… Entiendo que esta pugna entre el Ego y la autoestima es la gran farsa de la vida. La conozco bien porque la he vivido y experimentado durante demasiados años. Y es que si vivimos doblegados por ese potente foco gravitatorio que es el Ego sucede que ignoramos por completo cual es la naturaleza del alma http://sietecirculos.wordpress.com/2009/02/ | |
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