En las relaciones interpersonales se establece un juego difícil entre aquel que escucha y aquel que emite un juicio de valor. Los momentos más perfectos son aquellos en los que se produce una armonía en la intimidad que está basada en la comprensión más absoluta, en la escucha y en el cariño.
Por otro lado, ante alguien que te está contando un problema que para él es importante, nunca debes relativizar su conflicto. Sencillamente, porque en caso de que dicho conflicto te hubiese pasado a ti también lo vivirías desde una óptica y una perspectiva diferente.
¿Por qué te sientes tan mal cuando no te dicen algo que tú necesitas escuchar? Porque en cierto modo te sientes incomprendido, invisible y solo. Puede que estés rodeado de gente por todas partes pero nadie ha logrado conectar con tu alma. En ese caso, puede que estés poniendo muchas barreras y muros a los demás para que se acerquen a ti. Es decir, merece la pena cambiar de actitud para favorecer la comunicación y la cercanía interpersonal.
Por otro lado, el hecho de que alguien no te diga algo que necesitas escuchar no debe limitarte a ti a ser sincero contigo mismo, y decirte frases bonitas y pensamientos positivos a través de los cuales, puedes alimentar sin fin tu autoestima y tu nivel de bienestar interior. No es nada fácil acceder al corazón ajeno, sencillamente, porque en una relación interpersonal interfieren diferencias de valores, de expectativas o de modo de ser.
Es decir, nadie puede adivinar desde fuera tu pensamiento. Por otra parte, aunque a veces, nos creemos el centro del mundo no debemos perder de vista que cada persona tiene sus propios problemas y sus preocupaciones. ¿Qué es eso que nadie te dice y que te gustaría escuchar en algún momento?