Una de las maneras más sencillas de aproximación al Mandala es colorear un patron mandalico ya hecho.
Para esto, te recomendamos que antes de pintarlo, observes detenidamente el mandala, miralo con tranquilidad durante unos minutos. Siente su gratificante efecto.... después de esto ¡a llenar de color!
Una importante recomendación es respetar la dirección en la que se comienza a pintar el mandala. Hay 2 maneras de hacerlo: desde el centro hacia afuera para liberar las energías que esconde; de afuera hacía adentro para encontrar meditativamente nuestro centro. Colorea el mandala hasta que consideres que esta terminado y disfruta relajandote en el proceso... fluye con el...
Pintar un mandala nos brinda concentración, activación de la energía positiva, energetización de lugares, meditación profunda para elevar el nivel de conciencia, expandir la capacidad de la mente y la memoria.
Los colores a utilizar son base de la interpretación de tu mandala, ya que el color es un lenguaje sin palabras. El color llega a los sentimientos y emociones, las interpretaciones y reacciones ante el color son únicas en cada individuo, dependen de las experiencias y preferencias personales.
Los colores que escojas al pintar tu mandala crean una huella, expresan lo que sientes y piensas en ese momento. A veces, es una selección consciente, usas colores con significados o para cierto efecto visual. En otras ocasiones, intuitivamente seleccionamos los colores, lo cual nos da una oportunidad de autodescubrimiento y para que el subconsciente se exprese.