Toda la vida es Una; todo lo que vemos existe en nosotros. La experiencia de la separación es un sueño. Tu prójimo eres tú y, cuando le haces algo a otros, te lo estás haciendo a ti mismo. No hay nadie allí afuera. Todo lo que vemos es un reflejo, imágenes de nuestro propio Ser. Cuando luchamos, luchamos contra nuestro Ser. Cuando amamos, sólo estamos dándole amor a nuestro Ser. Existe un único Ser en todo el universo: nosotros.
Deten tu incesante identificación con formas creadas por la mente. Vuelve a la verdadera morada de tu Ser. Todo lo que ves fuera de ti es un sueño. En Verdad, la separación no existe, salvo la creada por tu reticencia a aceptar la totalidad de tu ser. Las sombras sólo existen cuando le das la espalda a la Luz.
Destruye con coraje todo lo que ha sido hecho fuera de ti. Renuncia a tus forcejeos contra lo que no deseas admitir. No te postres ante ningún hombre, sólo ante la Divinidad, que ahora vive dentro de ti.
Ama la divinidad que habita dentro de todo y te librarás de la esclavitud de las distinciones artificiales. Contempla la Perfección detrás de la imperfección y con ella verás el ser verdadero en ti y en tus hermanos. Aquellos que enseñan la Verdad están capacitados para hacerlo, porque ven la Verdad. Aquellos que enseñan separación, ven escisiones donde no existen.
Esfuérzate por mantener tu Ser. No descanses en tu intento de descubrir lo que te pertenece y en mejorar tu verdadero Ser de lo que te han dicho que eres.
Nunca se te podrá arrebatar aquello que es tuyo, y lo que nunca lo fue, jamás te pertenecerá. Conoce esta distinción, la única y verdadera distinción, y libérate de la tiranía de las imágenes.