Según el Diccionario de la Lengua Española la palabra Miedo, la define de la siguiente manera:
“Es una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo mal que realmente amenaza o que finge la imaginación. Recelo que uno tiene que le suceda una cosa contraria a lo que deseaba”
Tenemos infinidad de miedos, pánicos, fobias, tanto a problemas o situaciones simples, como a otros muy complejos. Todo depende de las situaciones y circunstancias que hayas pasado o estés pasando. Generalmente al sentir miedo recurrimos a terapias, que algunas veces nos ayudan, pero que siempre resultan muy costosas y demandan mucho tiempo.
Hay situaciones de nuestra niñez que nos dejan marcas, pensamos que todo cambiará con el paso de los años, pero generalmente solo logramos que estos miedos se arraiguen en nuestra mente y no nos permitan vivir una vida victoriosa y abundante, como planeó nuestro Creador.
Cuando nosotros deberíamos estar disfrutando de la vida, de repente aparece el temor y nos toma por sorpresa. Eso explica que muchos de nosotros perdamos oportunidades maravillosas en la vida, debido a esta anaconda apretadora que es el miedo.
La preocupación es la prima desagradable del temor. Estos dos harán en ti, lo que la arena le ocasiona a una maquina, te pondrá fuera de servicio. Mas Dios nos da la victoria con su poder, su amor, y el regalo del domino propio.
Si tu has recibido a Jesús en tu corazón y crees de verdad que El, puede llegar a ser además de tu Señor y Salvador, tu guardaespaldas personal, nada te sucederá, solo tienes que decirle “Señor Jesús, protégeme”, eso es todo, así de simple.
La preocupación es la prima desagradable del temor. Los dos juntitos harán en ti, lo que la arena le hace a un motor, te dejan fuera de juego.
Pero hay una alternativa que es real, auténtica y que transforma nuestra vida echando fuera todo temor. Me refiero a Dios. Él nos da la victoria con su poder, su amor y nos regala el domino propio.
Si tienes que realizar un viaje, enfrentar circunstancias adversas, a un grupo de hombres armados que pretenden robarte, o simplemente cuando te acuestas por la noche, no tengas temor, solo ríndete a El y colócate en sus manos.
Supongamos que en tus manos tienes el más poderoso veneno y en tu mesa hay una cucaracha. Tú ya sabes que con solo apretar el spray, este insecto morirá instantáneamente, pero en lugar de darte esa satisfacción, te da pánico y sales corriendo. Te imaginas a la cucaracha matándose de risa, y diciendo que cobarde es este infeliz.
Jesús, nos dice al respecto: “Cuando el ladrón llega, se dedica a robar, matar y destruir. Yo he venido para que todos ustedes tengan vida, y para que la vivan plenamente” Juan 10:10
Podemos comparar a este detestable insecto, con Satanás.
A una persona no lo moviliza, hacer el mal o el bien su carácter, su enseñanza o su preparación. Depende de su espíritu, si decides hacer lo malo, a pesar de que Dios siempre va a advertírtelo, Satanás muy feliz y agradecido, hará de ti una persona perversa, sin sentimientos ni siquiera tendrás contemplación hacia sus semejantes.
Por el contrario si tienes al espíritu del Señor, además de tener vida plena, te interesarás por los demás como a ti mismo.
Jesús nos dice: “Porque el espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás, y nos fortalece para poder vivir una buena vida cristiana” 2º Timoteo 1:7
“La persona que se arrodilla ante Dios, puede estar de pie ante cualquier ser humano, por más amenaza que le ocasione. Tuya es la decisión”
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