Este concepto lo había escuchado en varias partes, pero en concreto donde atrapó mi atención fue en el libro “Piense y hágase rico”. Esto ha sido la llave para la que miles de personas hayan logrado triunfar en lo que se propusieron.
El ejemplo que colocan en el libro es a Henry Ford. Este famoso fabricantes de autos decidió un día realizar un motor V8. El problema es que lo quería en un solo bloque, siendo que en esa época no había la tecnología para ello. Sus colaboradores le señalaron este punto, pero él replicó que quería ese motor y lo tendría.
Casi un año después, seguían trabajando en él sin éxito. Lo intentaron persuadir de abandonar tal capricho, pero nuevamente dijo que quería ese motor. Poco tiempo después, impulsados por la necesidad de complacer a su jefe y quitarse el problema, sus técnicos lograron crear el motor imposible.
Todo se logró gracias al deseo y obsesión de Ford por tenerlo. Él no “tenía ganas” o pensaba que estaría genial un motor así. Nada, él tenía un deseo ferviente por poseer dicho motor, lo que se transformó con el paso del tiempo en esa maravilla de la época. Si no lo hubiera deseado así, no hubiera existido.
¿Cuál es tu deseo ferviente?
Como verás, es una especie de motor en nuestro corazón por obtener algo. No es querer un poco algo, es el esperar tenerlo incluso a un grado obsesivo. Es luchar con todo lo que podemos incluso cuando parezca que la lógica va contra ello. Es cuando se producen milagros, es decir, sucesos más allá de lo que se creía posible.
Napoleón solo señala que mientras no vaya contra las leyes de Dios y los derechos de los hombres, puedes lograr cualquier cosa. Eso me recuerda cuando al inventor de la televisión, lo metieron al manicomio por su idea. Claro, en aquel tiempo parecía cosa de locos, pero gracias a él tenemos estos aparatos.
Cuando encuentras un deseo ferviente por algo, lo sabrás. Porque estarás dispuesto a dar a vida por ese ideal incluso. Llegan a haber personas que pasaron toda su vida sin encontrar dicha meta. Por eso sienten que su vida está más vacía, porque no hay una pasión o fuego interior por alguna lucha.
Encontrar tu deseo ferviente es como estar enamorado: lo sabrás cuando pase. Pero cuando lo encuentres, no dudes en luchar por él. No es algo fácil de lograr, por supuesto, pero nada que valga la pena llega fácilmente. Si lo logras, sentirás uno de las mayores sensaciones que puedes tener en esta vida.
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por gerundio Hoy a las 16:47
