¿Sabes? En estos últimos días hemos estado pensando el montón de cosas que tratamos de hacer en la vida para estar más tranquilos y para sentirnos felices. Lo curioso es que muchísimas veces la mayoría de nosotros perdemos de vista que éste era el objetivo de todo lo que estábamos haciendo y en lugar de sentirnos mejor, vivimos enredados en los problemas que nos traen todas nuestras actividades diarias.
Piénsalo un instante. De joven te inscribes a una universidad para estudiar una carrera que debe facilitarte la vida, pero en miles de ocasiones tu nivel de angustia y tus preocupaciones mientras estas en esa etapa vienen justamente del hecho de estar estudiando una carrera.
Si te buscas trabajo seguramente es para tener dinero y poder vivir mejor resolviendo todas las necesidades básicas de tu vida, pero llega a suceder que en lugar de que trabajar sea una solución, el trabajo se convierte en la nueva fuente de nuestras preocupaciones.
Te casas con ganas de vivir cosas muy bonitas y llenar tu vida de felicidad, pero muchísimas veces parece que la vida del matrimonio te trae otras preocupaciones y conflictos.
¿Ves lo que quiero decir? Es como si las mismas cosas que representan una solución en la vida tienen la gran facilidad de convertirse en la fuente de nuestras preocupaciones y angustias. ¿Y sabes por qué sucede esto? Porque no sabemos cómo manejar el estrés natural que todo reto y toda actividad provoca en nuestra mente.
Y es que todas nuestras actividades y lo que demandan de nosotros nos presiona o estresa por el mero hecho de exigirnos lidiar con miles de situaciones, pero nosotros tenemos el gran problema de que no sabemos cómo enfrentarlas sin volvernos víctimas del estrés y de lo que técnicamente no es otra cosa que ansiedad.
No es un secreto que éste es quizá el problema más popular de nuestro mundo: ¡la mayoría de las personas vivimos estresadas! Y es justamente toda esta presión la que nos impide disfrutar, valorar y verdaderamente VIVIR todo lo bueno que pueda haber en nuestra vida.
¿Sabías que por naturaleza y sin tener que hacer ningún esfuerzo nuestras mentes nos generan sensaciones de placer y bienestar? ¿Y sabías que es justamente ese tan enraizado hábito emocional de vivir en tensión lo que impide que sientas todo el bienestar y la felicidad que por naturaleza deberías estar sintiendo en tu vida?
Mira, es exactamente lo que sucede con un niño. ¿Te has fijado cómo cuando son pequeños la felicidad y las sonrisas salen de ellos con toda naturalidad en cualquier momento y situación del día? (siempre que no los estemos regañando o se estén cayendo al tratar de caminar, claro).
Y conforme vamos creciendo y vamos teniendo más responsabilidades las presiones van sofocando esa respuesta natural de felicidad… ¡hasta que de adultos verdaderamente podemos llegar a pasar días enteros y hasta semanas sin siquiera dibujar una sonrisa! Y todo porque no hemos sido educados para manejar nuestro estrés, lo que en realidad no es muy complicado, es cosa de practicar un poco técnicas bastante simples.
Una de las más prácticas y útiles es la de recordarte a ti mismo(a) sintiéndote bien, a gusto, sin tensión, sin ansiedad. Y eso es lo que quisiéramos regalarte hoy. Este pequeño consejo que puede ser la punta de lanza para transformar tu manera de vivir y liberar un montón de bonitas experiencias y profundo bienestar.
Inténtalo un par de semanas y verás. Practica todos los días recordar cómo se siente vivir así, a gusto, sin ansiedad. Tal vez recordando algún momento en tu vida en que te sentiste así, y enfócate en esa sensación de bienestar. Al principio quizá te cueste trabajo, pero sigue y notarás que se van dando cambios en cómo te sientes, en la seguridad con la que enfrentas la vida, y en cuánto la disfrutas. Y entonces verás por qué es tan importante aprender a manejar la ansiedad y el estrés y verás por qué es tan real que puedes convertirte en una persona muchísimo más plena y feliz tan solo por aprenderlo.
Créeme que es bastante fácil desarrollar todo tu potencial para vivir verdaderamente más alegre, con mucha más confianza en ti mismo y disfrutando de una muy profunda felicidad si tomas en serio esto de trabajar tu estrés. En realidad todas las técnicas y estrategias para manejarlo son fáciles de aplicar por cualquier persona, sólo es cosa de conocerlas y saber cómo usarlas. Usa las técnicas, verás que traen enormes beneficios a tu vida. El gran enemigo de nuestro bienestar es justamente la ignorancia en cómo manejar nuestra ansiedad y nuestro estrés.
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