Hay una manera distinta de hacer Tai Chi Chuan en verano, otoño, invierno y primavera, porque esta actividad busca hallar la unidad y armonía con estas cuatro estaciones. Nuestro cuerpo debe sacar provecho y acomodarlo de la mejor manera y encontrar elmodo preciso que oscile entre el equilibrio y lo que pasa a nuestro alrededor.
Aprender a respirar de otro modo, relajarse, éstas son las pautas que nos “regala” esta disciplina oriental, desde variados caminos y potencias para mejorar nuestra salud. Podemos realizar esta práctica en forma individual o en grupos. En cualquiera de las dos opciones podemos encontrar sensaciones que nos llevarán a tener como eje principal la armonía y a tener crecimiento potencial y creativo.
La esencia de esta práctica es revitalizar el organismo y desarrollar un frente para protejernos y prevenir enfermedades o lesiones.
Para los días de calor podemos realizar flexiones o posturas de meditación, lento y fluído. En los días de Otoño, lo importante es aprender a respirar y el buen funcinamiento de los pulmones. Cuando hace frío se asentúan el trabajo con las articulaciones y tendones con ejercicios más activos.
Debemos tener en cuenta la diferencia de una práctica realizada durante la mañana, tarde o noche. El de la mañana sirve para despavilar energía y estimula las fuerzas. A la tarde reducimos tensiones, energías negativas causadas por el estrés y a la noche la práctica se dirije a la armonía espiritual para que nos lleve a un buen descanso y libere las preocupaciones.
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