La gente suele mentir por miedo... miedo a la desaprobación o a las consecuencias negativas que recibirían si dijeran la verdad.
Y después de acostumbrarse a engañar sobre cosas importantes, tienden a hacerlo sobre cosas insignificantes.
El hábito puede convertirse en una poderosa fuerza que puede elevarte hasta el cielo, o estrellarte contra el suelo.
Y recuerda siempre que es mucho más fácil deshacer un nudo que aún no está apretado del todo.
Además de eso, NO decir la verdad implica un gasto de energía mayor que decir la verdad. ¿Te has fijado el trabajo que implica tratar de recordar algo que NUNCA sucedió?
Créeme, es mucho más fácil ser sinceros, y mucho más productivo a largo plazo. Si piensas que, al menos, saldrías ganando a corto plazo, estás en lo cierto: saldrías ganando un estado de ansiedad y malestar generalizados.
Mentimos cuando le concedemos más importancia a lo que pensarán de nosotros los demás, que a lo que pensamos de nosotros mismos.
Por tanto, si la imagen con que te ven los otros es para ti más importante que la imagen con que te ves a ti mismo, estarás expuesto a una gran inestabilidad. ¿Te has fijado que ni siquiera se ponen de acuerdo entre ellos sobre cómo eres, porque cada uno te percibe desde su propia y particular perspectiva?
Y es que, cuando alguien observa algo, la impresión que se lleva de ello tiene mucho más que ver con él y con sus creencias, que con el objeto observado.
Por tanto, aunque te esforzaras por escoger las palabras más apropiadas, siempre podrían ser mal interpretadas, porque lo que los otros reciben tiene mucha más relación con lo que ellos son que con lo que tú les envías.
Así que, olvídate de contentarlos a todos, o acabarás no contentando a nadie.
Sé tú mismo, y deja de preocuparte por el sentido que la gente le dará a tus palabras, porque eso es algo que está fuera de tu esfera de control, y además no lo necesitas para crear la realidad que deseas experimentar.
Si en vez de decidir qué es lo que verdaderamente quieres y enfocarte en ello, te dedicas a prestar atención a las respuestas de la gente ante tu comportamiento, ¡HABRÁS DEJADO DE ENFOCARTE EN LO QUE DESEAS!, y por tanto dejarás de atraerlo hacia ti.
Cuando no te importe lo que piensen de ti los demás, sino únicamente te importe tu alineamiento vibratorio con quién eres y lo que deseas, entonces ya no sentirás la necesidad de mentir para conseguir la aprobación de la gente. Y en esos momentos sabrás que la única guía que merece la pena seguir es aquella que procede de tu Ser Interior.
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