NO necesitas más fuerza de voluntad. Lo único que necesitas es dejar de luchar contra ti mismo.
¿Cuánta voluntad necesitas para pasarte horas viendo jugar a tu equipo favorito?
¿Cuánta determinación precisas para bailar sin descanso al ritmo de tu música preferida?
¿Cuánto empeño debes poner para perder la noción del tiempo realizando la actividad que más te gusta, ya sea ésta leer, patinar, o hacer calceta?
No luches contra tu naturaleza, tratando de forzarte a hacer algo que no te aporta felicidad. Encuentra tu pasión, y zambúllete en ella.
Y si hay cosas que necesitan hacerse que no te agradan, como planchar, cocinar o limpiar la casa, puedes hacer dos cosas: cambiar tu perspectiva acerca de ellas y encontrarles la parte divertida, o buscar la manera de que otra persona lo haga. Pero haz sólo aquello que haga cantar de alegría a tu corazón. Y no podrás evitar contagiar los corazones de quienes se encuentren a tu alrededor.
Pero, ¿qué pasaría si todo el mundo se dedicara a lo que le hace sentirse bien?, puede que preguntes.
Pues lo que pasaría es que estaríamos viviendo en el Cielo, sin haber tenido que abandonar la Tierra.
Y no temas: nadie que esté conectado a su Yo más profundo, podría emprender jamás una acción que fuera dañina para otros. Porque esa parte expandida de nosotros que cuenta con una perspectiva más amplia de la realidad, sabe que no estamos separados los unos de los otros. Y al entender perfectamente la unidad que formamos entre todos, ni siquiera se le ocurriría atacar a una parte de sí mismo, de la misma forma que un brazo no siente celos de una pierna, sino que colaboran juntos para el funcionamiento óptimo del cuerpo.
Por otro lado, la gente busca cómo aumentar su fuerza de voluntad, porque piensa que las cosas se consiguen mediante el esfuerzo agotador y la actividad frenética, pero no hay acción suficiente que pueda compensar la falta de alineamiento con el objeto de tu deseo. Porque es con el pensamiento como entras en armonía con tu Fuente, y es ella quien organiza las circunstancias propicias para que aparezcan en tu realidad.
Recuerda que tu única labor consiste en permitir que eso que has pedido llegue hasta ti, NO en tratar de controlar ansiosamente cada pequeño detalle que afecte a tu petición.
Por supuesto que tendrás que actuar en algún momento, pero si comprendes el proceso creativo que sigue el Universo, llevarás a cabo únicamente aquellas acciones inspiradas que te sientas llamado a realizar. Y las verás como algo agradable y excitante que emprender, no como una penosa y ardua tarea que hacer.
Así que, olvídate de apretar los dientes, cerrar los puños y obstinarte en obligar a la Vida a que te entregue sus tesoros, por medio de tu fuerza de voluntad. Si te relajas en su seno y te dejas deslizar por su corriente, ella te llevará plácidamente hasta la paradisíaca isla donde guarda todas sus riquezas.
http://www.autoayuda-sin-rodeos.com/fuerza-de-voluntad.html