Dicen que el amor no tiene rostro y tampoco forma física, es algo aparentemente invisible. Es ciego, porque no se preocupa con las cualidades o los defectos de los demás, simplemente torna todo bello en los ojazos ajenos. Él elige a sus víctimas según las necesidades del cotidiano. Es como un parasito: habita el corazón y domina la mente de los solitarios. Es difícil controlarlo.
El amor confunde al ser humano: lo ilusiona, por eso a veces hace con que se haya un pensamiento erróneo al respecto de alguien. Se ama las apariencias o aquello que un individuo hace, aunque no siempre se lo conozca bien. Para dar más certidumbre a mis palabras, voy a usar, por ejemplo, Internet: muchas personas se chatean en búsqueda de una pareja, amigos u otras cosas, sin embargo algunas se dejan caer en el desespero y en la soledad de modo a creer que están enamoradas por un desconocido, solamente porque han visto una fotografía o se impresionaron con algunas sencillas virtudes que mucha gente tiene. Lo peor en ello es cuando tú no quieres que alguien te desee, pues no quieres herirlo/la con falsas esperanzas. Desafortunadamente, amar a un ser por el cual nunca has visto es estar endiosándolo/la, cuando en el fondo sólo Dios merece tal honor.
¿Cómo hacer que determinada persona comprenda que tú no lo/la quieres? O si tú estás en esta condición de apasionado: ¿Cómo volver a la realidad y entender que el corazón de fulano/a tiene otro/a dueño/a?
Saber que eres deseado/a por alguien deja cualquier individuo enorgullecido, pues eso refleja sus valores estéticos, morales y/o tal vez intelectuales. Eso lo/a estimula a quererse y desearse cada vez más, sirviendo de razón para estar vivo/a y luchar por algo por el cual se anhela muchísimo. Sin embargo, cuando no se es amado/a por quien apreciamos esto nos frustra y nos hace perder por algunos ratos el rumbo de nuestro destino.
Infelizmente el Cupido no ha sido inteligente para hacer con que ciertas personas retribuyan lo que se siente por ellas. No es adecuado decir que son ingratas, porque no se agradece por amar o ser amado/a. Lo mejor regalo es devolverlo en forma de amor, cariño, abrazos y besos (muchos besos).
Se buscan a un tipo de amor que encienda el alma, siendo distinto y único. Se idealizan los finales felices de los cuentos de hadas, cuando la vida está llena de brujas capaces de impedir el suceso de una relación. ¿Quieres saber quiénes son ellas?: La tristeza, la envidia, la soledad ajena y a veces la distancias. Estos son sólo algunas villanas del amor.
Para la mayoría de los hombres no hay problema fingir que está enamorado por una chica si se tiene en cuenta que tendrá sexo con ella. Las fantasías femeninas pueden facilitar su vida. Ya, la mujer, por ejemplo, cuando quiere engañar a un macho no es porque desea el sexo, pero su dinero.
El amor es ciego para aquellos que intentan poner la belleza por encima de la verdad, y es por eso que hay tantas desilusiones y decepciones con la persona amada, porque no se tuvo discernimiento para comprender que el ser humano es una mezcla de valores que forman una personalidad.
Cuando lo que se siente por alguien está muy fuerte ya se lo/la imagina, por ejemplo, en la cama etc. Hay quien prefiera llamar eso de “cariño” y “atención”. Otros dicen que quieren ser protegidos/as. ¿Si sexo es protección, esto significa que quien no lo hace bien está cuidando mal de la pareja?
Aunque el amor sea ciego, y nosotros también, es posible mirar los cambios que este sentimiento hace con un individuo. Pero, al final todo vuelve a ser como antes y el ciclo recomienza.
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