Que las personas se toquen la zona dolorida luego de sufrir un golpe, señala un estudio puede haber una muy buena razón, el tocar la zona afectada permite que la imagen del cuerpo se forme en el cerebro.
Se descubrió que la forma en que el cuerpo está representado en el cerebro es clave para reducir la percepción de dolor intenso, pero esto no funciona si es otra persona la que toca la lesión.
Los científicos estudiaron los efectos que produce tocarse las zonas doloridas en voluntarios a quienes les provocaron una sensación de dolor utilizando un modelo experimental denominado “de ilusión térmica“.
A los voluntarios sanos se les pidió que pongan sus dedos índice y anular en agua caliente y el mayor en agua fría, esto provoca una sensación dolorosa de calor en el dedo mayor.
El cerebro no sabe que esto es una ilusión de dolor, pero de esta forma les permite a los científicos investigar la experiencia del dolor sin causarle daño a ningún voluntario.
El dolor en el dedo mayor disminuía hasta en un 64% cuando el dispositivo térmico era apoyado en ambas manos de una persona y luego los tres dedos de una mano tocaban los mismos dedos de la otra mano.
Pero no se registraba el mismo nivel de alivio del dolor cuando sólo uno o dos dedos se presionaban entre sí o cuando otra persona presionaba la mano afectada.
Se comprobó que los niveles de dolor agudo no dependen sólo de las señales enviadas al cerebro, sino también en cómo el cerebro integra estas señales en una representación coherente del cuerpo como un todo.
Si nos tocarmos le enviamos una señal al cerebro acerca de la correlación de la información sensorial de diferentes partes del cuerpo y esto nos ayuda a distinguir nuestro cuerpo como un todo racional.
http://www.creceroperecer.com/2010/09/30/reiki-dolor/