Por el camino de la prosperidad

Por el camino de la prosperidad

Puedo recordar una imagen que veía una y otra vez cuando asistía a las terapias de grupo. Había una persona en el grupo que realmente me fastidiaba. Entonces yo me levantaba y le decía “sabes cual es tu problema?, es que siempre (escriba acá cualquier problema).” Esta persona, por supuesto, lo negaba de inmediato.

El grupo se enfocaba entonces en esa persona, para hacerle entender que se encontraba negando algo que era cierto. Después de oír muchas razones de muchas personas diferentes, la persona generalmente aceptaba que el problema realmente existía y que era algo en lo que tenía que trabajar. Entonces, siempre ocurría, que alguien se volteaba hacia mi y me decía algo como…

“Sabes, Randy, es muy interesante que hayas notado el problema de Brian, porque tú tienes exactamente el mismo problema.”

Por supuesto yo me mostraba incrédulo e inmediatamente le dejaba saber a la persona que me había señalado, lo lejos que se encontraba de la realidad.

Buscaba apoyo en el grupo, pero una sola mirada a los ojos de sus integrantes era suficiente para darme cuenta que estaba en apuros. Ellos comenzaban a mirarme como a un sacerdote que ha menospreciado la ayuda de sus acólitos. Esta era su oportunidad para ponerme en mi lugar y me golpearían con las dos manos.

Uno por uno irían turnándose para confrontarme verbalmente por mi comportamiento. Lo harían por dos razones básicas:

La primera de ellas, porque me odiaban. Yo era arrogante, me gustaba exponer mis opiniones en público y contaba con los argumentos para hacerlo. Yo me resentía con el grupo, odiaba que me analizaran y me encontraba en una profunda negación acerca de mis propios sentimientos. Lo cual conduce a la segunda razón por la que el grupo a menudo se enfocaba en mí…
Ellos tenían toda la razón.

De esta manera el conflicto se prolongaba por las siguientes dos o tres sesiones semanales. El grupo me confrontaba, yo lo negaba todo.

Yo me retiraba de las sesiones extenuado por la injusticia de todo esto. Sin embargo, después de horas de darle vueltas y vueltas en mi cabeza, me daba cuenta de que el grupo tenía toda la razón. Entonces tenía que asistir a la siguiente sesión y admitir delante de todos que me había equivocado, lo cual me fastidiaba aún mas.

Y esto se repetía una vez tras otra, todo empezaba cuando yo identificaba en alguien mas el comportamiento que odiaba. Esta persona era la imagen en el espejo que necesitaba para iniciar el proceso.

Mi patrón de comportamiento era el siguiente:

l Me daba cuenta del problema en alguien mas
l Lo confrontaba
l Era confrontado de vuelta
l Discutía y lo negaba
l Búsqueda interna y deliberación
l Aceptación y la habilidad para seguir adelante

Esta era una forma estúpida y disfuncional de aprender las lecciones, pero era la única que funcionaba para mi en el nivel de conciencia en el que me encontraba. Yo creo que éste es un patrón común en las personas que ha comenzado su proceso de auto-superación. No es divertido, pero funciona.

¿Y qué hay de usted? Cuál es el proceso que emplea para aprender, confrontar y modificar los comportamientos disfuncionales que existen en su vida? Cómo reconoce y corrige sus propios defectos?

En mi caso he aprendido como optimizar el proceso. Ahora cuento con dos formas para realizar mis cambios internos.

Primera Forma. Tomo nota cuando alguien o algo me molesta realmente. Me he dado cuenta que cuando veo en alguien algo que realmente me molesta, puede tratarse de algo que existe dentro de mi y que necesito revisar.

El proceso en esta primera forma es el siguiente:

l Detectar el problema en alguien mas
l Búsqueda interna y deliberación
l Aceptación y la habilidad para seguir adelante

La otra forma en que modifico mis propios comportamientos, es cuando soy confrontado por alguien en quien realmente confío. Son pocas las personas como éstas en mi vida, pero confío en ellas totalmente. Ellos me han demostrado que son “reales”, son personas equilibradas y sus vidas funcionan bien. Ellos no van a decirme lo que quiero escuchar y no tienen miedo de decirme las cosas con crudeza y a la cara.

El proceso en esta segunda forma es como sigue:

l Alguien en quien confío me hace notar que tengo un problema

l Búsqueda interna y deliberación

l Aceptación y la habilidad para seguir adelante

Alguien en quien confío me hace notar que tengo un problema lo mantendrá con los pies en la tierra en sus aspiraciones de grandeza.

Evalúe honestamente dónde se encuentra usted dentro de esta categoría y evalúe quienes dentro de su vida son candidatos para pasar de una posición neutral a una de soporte. Hecho esto realice un esfuerzo consciente por desarrollar profundamente sus relaciones con estas personas.

A continuación, realice un inventario brutalmente honesto de su propia vida. ¿Es usted adicto al drama y al desastre? ¿Necesita tener siempre diez fechas límite sobre su cabeza, diez personas tirando de sus mangas y otras diez implorando por su ayuda? Esta clase de caos es casi siempre un buen indicador de auto sabotaje y usualmente tiene por causa principal, un sentimiento inconsciente de culpa por ser (o querer ser) demasiado exitoso.

Entonces usted sigue atrayendo, creando y manifestando un gran caos a su alrededor – de forma que pueda identificarse a si mismo como el “pobre muchacho” que lucha contra las fuerzas del mal, como todos los demás amigos víctimas que conoce.

Finalmente responda las siguientes preguntas: ¿Cómo respondería yo frente a lo que usted está haciendo y de que forma lo valoraría? Cuáles son sus más firmes creencias acerca de su ocupación actual y lo próspero que llegará a ser gracias a ésta? Qué tan exitoso sería yo en su lugar, realizando su trabajo?

Realice una reflexión honesta acerca de cada una de estas preguntas. Permita que este artículo cumpla el mismo propósito que una conversación que se pudiera dar entre nosotros. Permita que cuestione sus creencias para que usted mismo cuestiones sus creencias y deje ir todas aquellas que no le sirvan.

Fuente: www.creaturealidad.com