Hablar de amor a uno mismo puede confundirse con vanidad, egoísmo o egocentrismo, pero amarse es, en realidad, una actitud en verdad grandiosa, con la cual podemos enriquecer e influir nuestra vida de forma magnífica y en todos los aspectos, tanto en el aspecto emocional, como en el mental, espiritual y hasta en el físico, incluyendo la economía y hasta la salud.
El amor es la base de donde parte toda la creación, el amor está presente en todo y, a medida que nos entendemos y vamos comprendiendo la maravillosa profundidad del amor, vamos pudiendo obtener más de la vida, a medida que hacemos crecer ese amor dentro de nosotros podemos sentirnos cada vez más libres, confiados y realizados en todo sentido, nuestras relaciones serán más placenteras, tendremos más confianza en lo que queremos y hacemos y, sobre todo, tendremos la capacidad de comunicarnos y comprender a otros seres humanos, lo que nos llevará a crear formas de vida cada vez más libres creativas y refinadas emocionalmente.
Pues bien. Como yo soy de la idea que de que amarse a uno mismo es por donde uno debería empezar cada día, aquí les comparto algunas formas de emprender esta aventura, no es que yo sea experta en amar, pues quizá me falta aprender mucho, pero dicen por ahí que si eres una pequeña vela y no un sol, se una vela para quienes necesitan una pequeña vela para alumbrar su camino.
1. No te critiques: ser paciente contigo y no criticarte es evidencia de que has comprendido que en este mundo se vale equivocarse. Muchos creemos que ser perfecto es lo que necesitamos ser para que los demás nos quieran, por eso nos exigimos despiadadamente. Pero intentar ser perfecto tiene sus complicaciones, porque entonces será difícil que puedas mostrar lo que eres, y aprender, luego, de esa honesta experiencia. Así que cada vez que te pesques regañándote o exigiéndote de forma indiscriminada, procura tomar calma del asunto y piensa que esa forma en que te hablas no es en realidad la mejor forma en que te gustaría hablarte, muchas veces nos hablamos con el mismo tono de la mamá o el papá o de aquellas personas que nos educaron. Esta forma de tratarnos se nos queda grabada y nos condiciona en la vida. Pero lo bueno es que llega un momento en la vida en donde podemos empezar a crear la vida como queramos. Así que busca una forma de hablarte a ti mismo con la que te sientas en verdad a gusto, con esto no quiero decir que debas consentirte en todo, sino que seas muy objetivo en las cosas y te apoyes como si apoyaras a alguien muy importante para ti. Se alguien que dice: “Bien, hemos aprendido de esta experiencia!” Y no alguien que se dice “Soy un estúpido”
2. No te culpes: la culpa significa que sientes que hiciste algo realmente muy “malo”, que sientes una especie de traición hacia ti mismo (hacía tu forma de pensar o tus ideales). La culpa es un sentimiento que, si no se soluciona, puede privarte de llevar una vida realmente libre y grandiosa, puede oscurecer tus días, puede llevarte, incluso, a padecer muchas enfermedades. En realidad, no existe nada que sea malo o bueno. Todas las experiencias que has vivido han sido necesarias así exactamente como las has vivido, necesitabas decir exactamente lo que dijiste, necesitabas meter “la pata” como se dice por ahí, y necesitabas hacer exactamente eso que hiciste para ganar conocimiento. Así que si sientes culpa en algún momento, piensa que la experiencia que te provoca culpa, por más terrible que sea, es válida porque te ha hecho crecer. La culpa es un arma de dos filos: puede servirte para hundirte o como una forma de hacerte pensar y revalorar las cosas desde un nuevo punto de vista.