Algunos son viajeros de fin de semana, otros adoran perderse en destinos desconocidos, algunos exploran rincones desconocidos en su mismo país y otros se embarcan en aventuras en las que lo menos importante es el lugar.
Unos lo hacen por placer, otros por trabajo y otros por ambas cosas… Pero la cuestión es que, de un modo u otro, todos viajamos.
Viajar te permite encontrarte contigo mismo, dejarte guiar por tus sentidos, apreciar la realidad con todos sus matices… ¡Imagina las sensaciones si a todo eso le sumaras una meditación!
Y esa es precisamente nuestra propuesta para ti: ¡meditar mientras viajas!
No solo puede ayudarte a disfrutar de unas mejores vacaciones sino que te ayuda a ser más consciente de todo, a que aprecies más los pequeños detalles y a que afrontes con mayor serenidad los pequeños obstáculos como colas o retrasos que surgen en muchos viajes…
Y además de todo eso, seguirás desarrollando facultades como la intuición, la creatividad, hábitos saludables o técnicas anti-estrés.
Después de enseñarte los beneficios de meditar mientras caminas y meditar en el agua hoy te compartimos siete pasos que harán de tu viaje el destino ideal sea cuál sea.
Porque hay veces que lo que importa no es el lugar, sino la experiencia.
¿Te sumas a este viaje?
7 maneras de meditar mientras viajas
1. Disfruta de ser un pasajero. Siempre estamos moviéndonos de un lado para otro… Así que aprovecha eso a tu favor y medita mientras viajas, mientras te mueves, mientras te desplazas de un lugar a otro.
Medita yendo en autobús, en tren, barco, avión o cualquier otro medio de transporte en el que no debas prestar atención al volante.
Simplemente, trata de meditar mientras estás quieto en tu asiento y te mueves de escenario.
¡Imagina ir en tren y lograr alejarte de todo el ruído y el estrés con solo cerrar los ojos y enfocarte en tu respiración!
2. Medita en tu alojamiento. Cualquier lugar es bueno para meditar siempre que te tengas algo de tranquilidad.
Así que ya sea en un hotel, una casa, un apartamento, frente al mar o en una terraza… Medita.
Olvídate de todas las distracciones, apaga el celular, ponte cómodo, relájate y medita durante al menos 15 minutos.
La cuestión es que intentes encontrar un momento de paz y silencio entre tanto movimiento; tu mente lo agradecerá y tu cuerpo también.
3. Medita mientras caminas. Caminar en una nueva ciudad es una forma increíble de apreciar cada detalle con el que nos encontramos.
No solo es una forma de expresión contemplativa, sino que además es una oportunidad única para descansar de las quejas internas, apartar la sensación de cansancio y disfrutar de un agradable paseo.
4. Medita en la naturaleza. Muchas experiencias de viaje se desarrollan en la naturaleza: jardines botánicos, reservas naturales, mares hambrientos de libertad, bosques o parques nacionales.
Sea cual sea tu caso, allá donde estés rodeado de la naturaleza tienes la oportunidad de meditar y contemplar a través de todos tus sentidos el paisaje que te rodea.
Siente los colores, escucha los sonidos, imprégnate de sus aromas, disfruta de la energía de la naturaleza y siéntete parte de lo que te rodea. ¡Es una sensación increíble!
5. La alimentación también cuenta. Otra manera interesante de incorporar la meditación durante tus viajes es a través de la comida.
Muchas veces cuando viajamos nos encontramos con alimentos que son desconocidos para nosotros, que jamás habíamos probado y con recetas distintas a las que estamos acostumbrados. Todo esto es una oportunidad única para abrir tu mente a nuevas experiencias, gustos y sensaciones.
Pero también es una sensación inigualable para meditar; así que presta atención a todos y cada uno de los ingredientes de cada plato, saboréalos con calma y come despacio para disfrutar de la experiencia.
Lo cierto es que ser totalmente consciente de todo el proceso de masticación, desde que ves el alimento hasta que lo tragas, es toda una experiencia de meditación.
6. Medita con sonidos. Meditar con sonidos es una de las formas más agradables y placenteras que existen de relajarse y a la vez tomar consciencia.
Cuando viajamos hay muchísimos sonidos que nos acompañan y se acomodan a nuestro paso… Aprovéchalos para desconectar durante unos instantes.
Céntrate en el ruido de la gente hablando en la calle, de la música en un bar, las campanadas en una iglesia cercana, el anuncio de un vuelo en un aeropuerto, la música en vivo… Escucha con atención y sé receptivo enfocándote en los sonidos que despierten en ti emociones placenteras y bienestar.
7. Expresa gratitud. La gratitud tiene un poder increíble.
Por eso, durante tu viaje, dedica una parte de tu tiempo a agradecer por todas esas experiencias que tuviste: por las personas que hicieron tu estancia mucho más agradable y fácil, por quienes cocinaron para ti, por haber podido visitar lugares tan extraordinarios, por el transporte…
Agradecer por todo lo que se vive es una forma única de estar en paz con uno mismo y estar abierto a la armonía, la paz y el bienestar.
Como ves, la meditación está hecha para viajar: no ocupa espacio y es una excelente compañera.
Si quieres vivir una experiencia mucho más enriquecedora, incorpora estos consejos a tus nuevos viajes y volverás todavía mejor que cuando te fuiste.
FUENTE: Método Silva.