Primero: Abrirte al cambio:
Vivir con una mentalidad de apertura a muchas posibilidades que nos ofrece la vida. Un cambio que nos permita demoler todas nuestras viejas situaciones de limitación. Hemos aprendido desde la infancia una cantidad de conceptos negativos y nos hemos regido por ellos, permitiéndonos cancelar vivir nuevas oportunidades. Nos hemos llenado de sentimientos de culpa, limitación y obstáculos que no nos dejan avanzar de la manera como queremos. Desde pequeños nos hemos dejado influenciar por los estímulos del medio externo, permitiéndonos llevar una vida de frustraciones y echándole la culpa hasta a nuestros propios padres y demás seres que nos ayudaron en nuestra formación. Creemos que los demás son nuestros verdugos y no entendemos que han estado ahí para enseñarnos, han sido nuestros maestros.
Segundo paso: Reflexionando:
Interpretemos nuestro lazo que existe con el universo. Existimos como seres humanos conectados con el Universo. Apreciemos nuestro cuerpo humano e interpretemos nuestro entorno. Absorbámonos en lo que hacemos, sintamos nuestro cuerpo a través de lo que hacemos, seamos nosotros mismos de una manera más conciente. Miremos la conexión que tenemos y la que parte de nuestro ser hacia los demás. Nuestras relaciones conmigo mismo, ¿cómo me trato y cómo trato a los demás?. ¿Cómo observo lo que me rodea, admiro el universo con todo lo que es? Soy parte de este planeta y por tanto debo responsabilizarme de mí mismo, de los demás y de mi entorno. Evaluemos cada día las interpretaciones que hacemos y cambiemos nuestros paradigmas.
Tercer paso: Una mirada a las sincronías:
Todos estamos conectados y no existen las casualidades. Estamos conectados en la retícula de luz y del electromagnetismo. Todos somos el resultado de lo que pensamos. ¿Cuántas veces atribuimos a coincidencias lo que nos sucede? Alguna mañana pensamos que necesitamos algún material para un trabajo que necesitamos, lo buscamos, no encontramos, más tarde cualquier persona nos habla o entrega esta información; esa persona ha sido sólo un instrumento del universo para darte lo que necesitabas y creemos que es una coincidencia. Abramos los ojos a este tipo de coincidencias y nos daremos cuenta que el Universo nos da todo lo que necesitamos porque estamos conectamos con él. Somos Uno. Cambiemos nuestra forma de pensar y tendremos un mundo lleno de posibilidades. Todo está en el presente, cuando tu mente se dispone para algo posible y puedes imaginarlo, en ese instante entra el Universo en sincronía contigo.
Cuarto paso: Llevemos la creatividad a la acción:
Pensamos que podemos hacer muchas cosas pero no las realizamos, porque está el temor, el qué dirán, está el miedo y entonces es mejor quedarnos cómodos sin luchar por lo que queremos. No importa lo que sea: bailar, cantar, pintar, lo importante es estar abierto a lo que queremos realizar y ponerlo en práctica. Actuar es lo importante y ¡ya! No dejemos para mañana nuestros pensamientos, así sea una meta que tenga varios pasos, hay que empezar ¡ya! Para cualquier acción es necesaria la planificación, el orden y la ejecución instantánea de los pensamientos. Transformemos nuestros pensamientos en acciones. ¿Cuántas veces nos damos cuenta que iniciamos algo y lo dejamos en mitad del camino?
Quinto paso: No desenfocarnos:
Cuando tengamos en mente qué necesitamos y cuáles son nuestros pasos a seguir, no podemos perder de vista ni permitir que otros eventos nos dejen olvidar nuestra meta principal. Si prometes realizar algo, no importa el temor, ni el miedo, hay que realizar así sea que cometamos errores, es una experiencia que estamos viviendo y mediante la cual estamos aprendiendo. No permitas que tú seas el primer obstáculo en lo que te propones. Todos somos obra de lo que hacemos. Hay que persistir.
Sexto paso: Echa una mirada al principio:
Una vez lograda tu meta o tus propósitos revisa desde el principio cómo lo hiciste, qué márgenes de error o éxito lograste, es una mirada con la intención de concientizarnos y descubrir si lo que hicimos estuvo bien o si tenemos que mejorar: lo positivo apreciarlo y de lo negativo, entender cómo podemos mejorar en otra oportunidad y aceptar sobre todo nuestros errores. ¡Somos humanos!
por Ethel Saavedra