Solemos decir de manera constante que todo esto tiene que cambiar…. ¡Que si la sociedad ha de cambiar! Que si la política, o la economía tienen que cambiar. Que si necesitamos modelos más justos. Que si hace falta más educación.
Pero, ¿Qué es lo que hay que educar? O mejor aun ¿Que es lo que hay que cambiar realmente?
La respuesta es definitiva:
¡Soy yo quien ha de cambiar! Aunque hay en mi muchas resistencias al cambio. Primero habría que ver que es lo que se resiste al cambio en mí, es decir todo aquello que esta estructurado, y que con el cambio tiene que volver a organizarse. Esto es todo lo que tiene que ver con lo mental. Todo lo que tiene miedo a perecer.
Todo esto es un claro signo de miedo al cambio, de comodidad, de resistencia, de inmovilidad.
Luego están lo hábitos, innumerables. Cuando la atención pone luz sobre mi conducta, mi forma de comportarme en la vida, me doy cuenta que no existen actos de voluntad ni acciones de voluntad, sino que soy un conjunto de hábitos. Soy una cantidad de reflejos condicionados, condicionados a las "condiciones" que impone la vida.
Y si embargo tengo que cambiar, no puedo seguir viviendo así. Si lo que quiero es relajarme, vivir libre del estrés, gozar el máximo tiempo posible del estado de relajación algo tiene que cambiar en mí. Algo tiene que cambiar pero desde dentro, desde lo más básico, en lo más profundo.
Pero no nos engañemos esta empresa no es fácil, necesito ayuda, y necesito una herramienta potente.
Afortunadamente la tengo: es La meditación.
http://www.relajacionenergetica.com/meditacion_y_cambio.html