Normalmente no encontramos solución para todos los problemas, ni respuesta para todas las preguntas, ni remedio para todos los males. Sin embargo, casi sin excepciones, es posible sentirse bien a pesar de lo que pase a nuestro alrededor.
Nuestros pensamientos determinan nuestros estados de ánimo: los pensamientos positivos nos hacen sentir bien y los negativos nos hacen sentir mal. Luego, atraemos a nuestras vidas (de una manera “milagrosa”) el tipo de situaciones que nos permiten mantener nuestros estados de ánimo más frecuentes. Es como si el Universo nos dijera: “Muy bien, decidiste sentirte contento (o triste) otra vez… entonces vamos a regalarte más de esas experiencias que te ponen tan contento (o tan triste)”. Sentirse bien, además de ser muy agradable, determina la calidad de nuestras experiencias, de toda nuestra vida. Por eso es tan importante.
Sé que parece que si pasan cosas desagradables, nuestros pensamientos necesariamente serán negativos… pero en realidad siempre estamos eligiendo, aunque sea de una manera inconsciente. Muchas cosas maravillosas suceden todo el tiempo. Son pequeños milagros, que normalmente pasamos por alto por considerarlos ordinarios, con los que podemos despertar en nosotros una permanente emoción de gratitud.
Los niños suelen jugar en la arena en todas partes del mundo. Lo encuentran divertido. Pero a la chica de la ilustración parece molestarle la arena. La vida es algo parecido a un “arenero”. Pero en vez de arena está llena de situaciones complejas, que a veces percibimos como problemas, conflictos o pérdidas. Normalmente vamos por la vida tratando de evitar estas situaciones, porque nos causan dolor. Nos comportamos como la chica de la ilustración.
Pero estamos aquí para aprender. Por un lado, los problemas son valiosas oportunidades de crecimiento, los conflictos pueden enseñarnos a madurar y las pérdidas nos muestran nuestros apegos. Pero todavía podemos llegar más lejos: podemos aprender a sentirnos plenamente bien en medio de todas esas situaciones, aunque no estén resueltas.
Otra vez: Normalmente no encontramos solución para todos los problemas, ni respuesta para todas las preguntas, ni remedio para todos los males. Sin embargo, casi sin excepciones, realmente es posible sentirse bien a pesar de lo que pase a nuestro alrededor.
Creo que un excelente punto de partida es aceptar las cosas como son, la vida como es, y no condicionar nuestra felicidad a las situaciones externas, sino cultivarla dentro de nosotros. Y cuando miremos “ahí afuera”, seamos selectivos pero de una manera diferente: en vez de subrayar lo negativo, lo que nos falta, concentrémonos en lo bueno, en lo positivo, en lo que el momento presente tiene de maravilloso…
Axel Piskulic