Sagrado corazón de Jesucristo, tu que eres paciente, manso y humilde, sabes cuan grandemente aleja del demonio la humildad y lo mantiene a distancia, por ello abrigados por el poder intercesor de María Vírgen, te rogamos te dignes a concedernos este don tan especial a fin de que estemos siempre protegidos por tu amor y bondad. Amén.