Algunos psicólogos aseguran que el desarrollo de la personalidad humana se va forjando en etapas de siete años. Por eso, cuando alcanzamos la edad de 28 años (aproximadamente), comenzamos una etapa en la que lo más determinante será encontrar el amor, en el sentido de una pareja a la que amar.
En la tradición hindú, la energía de cada uno de nosotros se manifiesta y está controlada por siete chakras o centros energéticos principales distribuidos por el cuerpo siguiendo la línea de la columna vertebral. Como seguramente sabes, el chakra del corazón (situado en medio del pecho) es el que controla la energía amorosa. La mística antigua asegura que en este lugar es donde vive Dios en cada uno de nosotros.
Cuando somos niños y nuestra naturaleza consiste en derrochar amor y recibirlo a raudales, el chakra del corazón permanece parcialmente abierto, pero al entrar en la edad adulta empieza a cerrarse, al mismo ritmo en que nosotros nos centramos más en lo que nuestra cultura nos infunde (trabajo, dinero, desconfianza, temor, obligaciones, ambiciones, etc). El amor puro de los niños empieza a decaer y en su lugar el chakra del corazón comienza a albergar otro tipo de sentimientos.
Es entonces, alrededor de los 28 años, cuando el chakra del corazón trata de expandirse, buscando otro ser al que amar de forma completa e incondicional. En esa época es cuando se consolidan la mayoría de las parejas. Si con el paso del tiempo no logramos hallar ese amor incondicional en otra persona, nuestro chakra del corazón podría cerrarse, bloqueando nuestras posibilidades de alcanzar una vida amorosa plena.
Lo que nos interesa saber aquí es cómo ayudar al chakra del corazón a abrirse, porque cuando se cierra será imposible que mantengamos una relación sentimental armoniosa y satisfactoria. Sentimientos como el miedo, la preocupación, la carencia, sentirse inferior a otros, la envidia, la crítica, el afán de juzgar a los demás, los viejos recuerdos dolorosos… son los que van cerrando nuestro chakra del corazón cada vez un poco más.
Así que vamos a intentar liberarlo de sus heridas para que vuelva a abrirse. Debemos conectarnos con el amor, la unidad, la alegría y la paz. Cuando esos sentimientos inunden nuestro corazón, habremos alcanzado la felicidad. Y esto ocurre porque la esencia del ser humano es el amor (los niños lo demuestran todos los días) y sólo cuando recuperamos nuestra esencia podemos ser felices.
Lo más urgente es deshacernos de los viejos prejuicios, los desengaños, el rencor, las heridas, el dolor que en el pasado fuimos acumulando. Recuerda cada uno de esos episodios, perdona a las personas que te hirieron, déjalo atrás y olvídate de ello. Lo que ocurrió en el pasado ya no existe y es absurdo conservarlo dentro de nosotros para que siga haciéndonos daño. El miedo y el dolor sólo permanecen vivos porque nosotros lo alimentamos.
Después debemos hacer un verdadero esfuerzo por amarnos a nosotros mismos. Es la base del amor a los demás. Si no te amas a ti mism@, te desprecias, sientes que no mereces ser feliz o cosas por el estilo, nunca podrás amar verdaderamente a otros. Valórate, analizate y date cuenta de que eres una persona única, capaz de hacer grandes cosas, de ofrecer espléndidas cualidades y merecedora de todo lo bueno que la vida puede ofrecer. Nadie es mejor que nadie. Espiritualmente, todos somos lo mismo: energía pura.
Intenta llenar tu corazón de amor. El amor por uno mismo, el amor de la amistad, de la familia, de la naturaleza generosa. Fíjate en cada gesto de amor que percibes. Una sonrisa, una palabra cariñosa, un gesto amable… llena tu corazón con esas pequeñas píldoras de amor. Recuerda que el alimento de tu corazón es el amor. Tu corazón empezará a nutrirse cuando dediques algunos momentos a permanecer en silencio, a gusto contigo mism@, cuando te conectes con la naturaleza y todos sus dones y cuando te rodees de personas positivas.
Haz una lista de todas las cosas y actividades que mantienen contento tu corazón y prométete a ti mism@ que intentarás sacar tiempo para disfrutar de todas esas cosas. Llena tu corazón de alegría y tu vida cambiará.
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