No se trata de ver para creer, sino de creer para ver. Lo que crees es lo que se ve reflejado en tu vida. Analiza tu vida y descubrirás tus creencias.
La mayoría de las personas pasan por sus vidas sin tener una idea de lo poderosas que son las creencias que tienen, ya sea consciente o inconscientemente, ni la importancia que éstas tienen en su realidad material. Se puede resumir en que las creencias, sean del tipo que sean, crean la realidad, para bien o para mal.
Se podrían enumerar miles de creencias, la mayoría de ellas negativas y adquiridas de otras personas, que se arrastran desde la infancia. Esto impide tener la vida ideal que todo el mundo desea pero sólo unos pocos consiguen. Respecto a las creencias que tenemos hacia nosotros mismos, la famosa y brillante frase de Henry Ford lo explica muy bien: "tanto si crees que puedes como que no puedes, estás en lo cierto". Si quieres ser, cree que lo eres. Si quieres conseguir, cree que lo conseguirás. Si quieres hacer, cree que lo harás.
El poder para cambiar
La buena noticia es que las creencias son moldeables, se pueden cambiar, se pueden transformar estas ideas negativas y limitantes, hasta las inconscientes, en otras beneficiosas para cada aspecto al que se quiera aplicar. ¿El problema? Que siempre hay una buena razón para no enfrentarse a la verdad de que, si se quiere, se puede hacer una persona cargo de su situación a partir de este mismo momento. No sirve de excusa el ser demasiado mayor, no tener estudios, el haber sido así desde siempre, el ser un incomprendido y cualquier otra circunstancia que pueda aparecer para continuar estancado en el mismo sitio en el que siempre se ha estado, pero nunca se ha querido estar. Si se cree que no se puede hacer nada y que no se puede cambiar, se está en lo cierto.
Leyes de Murphy
Un ejemplo de creencia muy generalizada es una de las más famosas Leyes de Murphy: "Si algo puede salir mal, saldrá mal". Pensándolo, se puede llegar a la conclusión de que Murphy no era un tipo pesimista, sino que conocía la condición humana y la famosa Ley de atracción, tan de actualidad en estos momentos gracias a libros como El Secreto de Rhonda Byrne o La Ley de atracción de Esther y Jerry Hicks. La naturaleza humana es pensar que siempre va a pasar lo peor. Como alguna gente dice “mejor pensar lo peor y llevarte la sorpresa, que no pasarlo mal por una gran decepción”. Y luego, cuando pasa lo peor, dicen: “¿Ves?, lo sabía”. Lo que no saben es que, por esa Ley de atracción, es la propia persona quien ha provocado que lo peor sucediera. Irónico, pero cierto. ¿Qué se puede hacer? Muy sencillo. Hay que reformular la ley y pensar que no puede ocurrir otra cosa que no sea lo mejor. Muchas de las creencias que se tienen no son ciertas, solo se cree que lo son porque se lleva toda una vida pensándolas y aceptándolas así.
Basta con saber que se puede
No podemos cambiar el mundo, pero podemos cambiar nosotros y entonces el mundo cambiará. El primer paso, el más importante, es cambiar nuestras creencias hacia nosotros mismos, nuestra autoestima, y verás tu mundo cambiar de forma asombrosa. Después cambia tus creencias hacia los demás y entonces el entorno cambiará como por arte de magia. Cada persona, cada lugar, cada reacción sólo te aportaran cosas buenas que te harán sentir mejor y mejor. Se te está ofreciendo el ser creador de tus circunstancias, que diseñes tu vida tal y como la deseas. Que seas capaz de controlar tu vida y no que tu vida te controle a ti. En cada uno está que se quiera creer y ponerse ya a la acción haciéndose cargo uno mismo de su vida. Determina cuáles son tus objetivos y si realmente crees que puedes de corazón, nada ni nadie podrá detenerte hasta conseguirlo.
Si decides cambiar estas creencias, no sirve luchar contra ellas para hacerlas desaparecer. Recuerda que lo que se resiste persiste, lo que se acepta se transforma. Conseguirlo es fácil, lo que hay que hacer es cambiar la idea negativa por una positiva. Por ejemplo, si le dices a alguien que no piense en un unicornio amarillo, pues pensará precisamente en eso. Mientras más insista en no pensar en el unicornio amarillo, más pensará en él. Pero si se le dice que piense en un elefante rosa, pensará en el elefante rosa y dejará de pensar en el unicornio amarillo. Para que prevalezcan las ideas positivas sobre las negativas se pueden usar afirmaciones, visualizaciones, terapias alternativas y, sobre todo, no pensar en ningún tipo de limitación o carencia, porque no existen. Sólo existe la creencia de éstas
Es importante creer en todo aquello que haga crecer como persona, conseguir sueños, ser feliz, estar tranquilo y en paz con uno mismo y con el resto del mundo. Si no tienes la vida que quieres es que tus creencias no son las adecuadas, pero tienes la posibilidad de cambiarlas. No se puede esperar resultados distintos si se sigue actuando de la misma manera. Tomar acción, cambiar la forma de pensar y responsabilizarse del propio destino es una buena forma de comenzar a ser feliz, porque nunca se sabe el tiempo que tenemos para conseguirlo. ¿Tú qué crees?
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