Muchas veces nos hemos percatado en las películas que los cráneos son usados para relacionar situaciones o hechos con la muerte, con los oscuro o con el poder del mal, pues lo cierto es que esto parte de mucho tiempo atrás con las culturas y pueblos primitivos.
Ellos siempre consideraron al cráneo como un objeto que les producía terror y que terminó formando parte de cada una de sus supersticiones, ya que lo consideraban algo así como el asiento del alma.
Se sabe que las tribus que se dedicaban a cortar las cabezas de sus víctimas conservaban los cráneos como una manera de tener un trofeo por la destreza de su cacería, pero también como una forma de demostrar su poder sobre las fuerzas del mal evitando que estas se vuelvan contra ellos.
Otras culturas también tenían como costumbre el tomar los cráneos para utilizarlos como bebederos o copas, pensando que, de esta manera, se absorbían los poderes y virtudes de sus adversarios caídos.
Entre las historias de brujas y hechiceras, la presencia de cráneos era infaltable, siendo esta una prueba inequívoca de las prácticas satánicas cuando eran acusadas de ello. Incluso muchos cráneos eran desenterrados de las tumbas por quienes deseaban realizar hechizos, pero que al ser hallados en posesión de ellos se les atribuía crímenes y asesinatos para conseguirlos, lo que posteriormente los conducía a la horca o a la hoguera.
Sin embargo, las historias que recorrieron Europa en los últimos siglos, referían que los cráneos que no eran enterrados en el lugar de voluntad del fallecido o aquellos que eran separados de sus cuerpos, reclamaban su derecho a ser sepultados como correspondía a través de una presencia fantasmal constante en el lugar donde se encontraban, lo cual cesaba al ser cumplidos sus requerimientos.
Al parecer la energía conservada en los cráneos es tan poderosa que permite que por sí mismo pueda ejercer influencias sobre el resto y ser utilizada incluso por quienes profesan la magia negra.
Fuente: TejiendoElMundo.