¿Has sentido alguna vez que la Ley de Atracción no funciona para ti? ¿Deseaste algo con todas tus fuerzas y a pesar de pensar mucho en ello no lo lograste? ¿Inviertes parte de tu tiempo imaginando una vida mejor y simplemente recibes todo lo contrario? La Ley de Atracción funciona igual para todos, pero si respondiste “sí” a las preguntas anteriores, quizás hayas pasado por alto un importante detalle que te impide lograr tus sueños: el enfoque.
La Ley de Atracción y la cámara de fotos
Imagina que te dispones a fotografiar, con una cámara de las de antes, un objeto que llamó tu atención. Preparas la cámara, te colocas en la postura correcta, te centras en los detalles y dedicas toda tu atención a ese objeto. Crees que lo hiciste todo correcto y que la foto quedará genial; pero cuando por fin la tienes entre tus manos te das cuenta que no salió como querías: quedó borrosa, el objeto apareció solo a medias, salió oscura u olvidaste algún otro detalle de manera inconsciente.
Con la Ley de Atracción pasa lo mismo: queremos atraer algo, lo identificamos, creemos que lo estamos haciendo todo bien, pero en el momento de pasar a la acción algo falla y el resultado termina siendo distinto al que pretendíamos. La solución, en ambos casos, está en la manera como hemos enfocado el objeto.
El poder del SÍ
Todo lo que llega a nuestra vida es porque antes le dedicamos nuestra atención, energía y foco. Y muchas veces nos enfocamos en lo que no queremos y olvidamos lo que sí queremos. Damos demasiada importancia a las dudas, limitaciones y creencias… Y eso determina el éxito de nuestras atracciones. Por eso, cuando atraemos lo que no queremos es porque estamos dando a las cosas el enfoque equivocado.
Si una persona dice “no quiero que me falte el dinero” en realidad quiere tener abundancia suficiente, pero lo hace con el enfoque equivocado.
Una atracción siempre debe hacerse en forma de afirmaciones, no de negaciones. De lo contrario, atraemos lo que no queremos. En lugar de decir “NO quiero que me falte el dinero”, es mejor usar una afirmación como “Quiero tener dinero para gastar, invertir y ahorrar”. Si nos centramos en que NO queremos que nos falte el dinero, nos estamos enfocando en la carencia, en la pobreza, en la sensación de angustia por si el dinero finalmente falta… Y, obviamente, eso atraeremos. En cambio, si nos enfocamos en que SÍ queremos tener dinero suficiente nos estamos enfocando en la riqueza, en una sensación de bienestar y prosperidad, en la tranquilidad que produce la estabilidad e independencia financiera. Pueden parecer dos maneras de decir lo mismo, pero son enfoques totalmente distintos que producen resultados opuestos.
Un SÍ nos llena de alegría, de energía positiva, optimismo, acción, motivación, buen humor, alegría, vitalidad, bienestar. En cambio, cuando nos enfocamos en el NO, nos sentimos más tristes, negativos, desmotivados, cansados, rendidos, dudosos, frágiles, incapaces y, a veces, fracasados.
Uno de los pilares de la Ley de Atracción es que lo positivo atrae lo positivo. Es mucho más fácil que logres atraer a ti lo que deseas si en lugar de centrarte en tus dudas, limitaciones o creencias cambias el enfoque hacia lo positivo. Un sí es mucho más poderoso que un no, así que a partir de ahora transforma todo lo que no quieres en lo que sí quieres para generar un enfoque más claro y efectivo. Los resultados te sorprenderán.
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