Irene_Harris iniciad@
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| Tema: El Pensamiento Dom Mar 11 2012, 21:59 | |
| Nos damos cuenta de que estamos condicionados. El analizar, el pensar sobre un problema es ejercer la fuerza para romper con algo.
Limitémonos a ver el problema, no preguntemos cuál es la respuesta, la solución. El hecho es que estamos condicionados y que todo pensar destinado a comprender este condicionamiento será siempre parcial; por lo tanto, jamás hay una comprensión total. Y sólo en la comprensión total del proceso íntegro del pensar hay libertad. La dificultad está en que siempre estamos funcionando dentro del campo de lamente, del pensamiento y, vemos que siempre es parcial.
Para liberar la mente de todo condicionamiento, debemos ver la totalidad de éste sin que intervenga el pensar. Esto es ser libre con respecto al "yo".
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El pensamiento es una fuerza vital; es la fuerza más viva, sutil e irresistible que existe en el universo.
El pensamiento es una gran fuerza, es una fuerza dinámica. Lo producen las vibraciones del Prana físico, en la sustancia mental. Es una fuerza como la gravedad, la atracción o la repulsión.
Estás rodeado por un océano de pensamiento. Estás flotando en el océano del pensamiento. Estás absorbiendo determinados pensamientos y rechazando otros en el mundo del pensamiento. El mundo del pensamiento es relativamente más real que este universo físico.
Los pensamientos son cosas vivas. Cada cambio de pensamiento va acompañado de una vibración en su materia mental.
Cada pensamiento tiene un nombre y una forma determinados. La forma es el estado más grueso, y el nombre el más fino, de una fuerza única que se manifiesta llamada pensamiento.
El pensamiento es materia sutil
El pensamiento es materia sutil. El pensamiento es una cosa tangible como un pedazo de piedra. El pensamiento tiene forma, medidas, contornos, color, cualidad, sustancia, fuerza y peso. Un pensamiento espiritual es de color amarillo, un pensamiento cargado de ira y de odio es de color rojo oscuro; un pensamiento egoísta es de color marrón, etcétera.
Puede que tú mueras, pero tus pensamientos no pueden morir nunca. Los pensamientos poderosos de los grandes sabios de antaño se conservan aún en los registros akásicos o etéreos. Los perceptivos que tienen visión clarividente pueden percibir estas imágenes de los pensamientos y leerlas.
Quien tiene pensamientos puros habla poderosamente y produce una impresión profunda en las mentes de quienes le escuchan. Influye en millares de personas por medio de sus pensamientos puros. Un pensamiento puro es más agudo que el filo de una cuchilla.
El pensamiento construye el carácter
Cada pensamiento tuyo tiene para ti un valor literal en todos los aspectos. La fortaleza de tu cuerpo y la de tu mente, tu éxito en la vida y el placer que produzca a los demás tu compañía, dependen de la naturaleza y calidad de tus pensamientos. Debes conocer las culturas del pensamiento, que es una ciencia exacta.
El hombre es creado por el pensamiento. En lo que el hombre piensa, en ello se convierte. Piensa que eres fuerte, y fuerte te volverás. Piensa que eres débil y te volverás débil. Piensa que eres necio y te convertirás en necio. El hombre forma su propio carácter, convirtiéndose en lo que piensa. Si meditas sobre el coraje, instaurarás éste en tu carácter. E igual ocurre con la pureza, la paciencia, el no-egoísmo y el autocontrol. Si piensas noblemente, construirás para ti gradualmente un carácter noble. Pero si piensas de una forma baja, formarás un carácter mezquino. Puedes construir tu carácter igual que un albañil construye un muro obrando con y por medio de la ley.
La mente tiene un gran poder de atracción. Estás continuamente atrayendo hacia ti, tanto el lado visible como el invisible de las fuerzas vitales, pensamientos, influencias y condiciones similares a las de tus propios pensamientos. Lleva contigo cualquier tipo de pensamiento que te guste y, en tanto que lo retengas, no importa que vayas de un lado para otro por mar o por tierra, atraerás incesantemente hacia ti, advirtiéndolo o no, exacta y únicamente lo que corresponda a la cualidad predominante en tu propio pensamiento.
Un buen pensamiento es triplemente beneficioso. Primero beneficia a quien lo piensa, mejorando su cuerpo mental. En segundo lugar, beneficia a la persona en la cual se piensa. Y, finalmente, beneficia a toda la humanidad, mejorando la atmósfera mental general.
Por el contrario, un pensamiento negativo es triplemente perjudicial. En primer lugar, daña a quien lo piensa, dañando su cuerpo mental. En segundo lugar, daña a la persona que es su objetivo. Y, por último, daña a toda la humanidad, viciando toda la atmósfera mental.
Los pensamientos llevan a la acción. Los malos pensamientos producen malas acciones. Los buenos pensamientos generan buenas acciones. Los pensamientos son fuente de todas las acciones. El pensamiento es el verdadero Karma. Pensar constituye la verdadera acción. Si puedes desarraigar todos los malos pensamientos desde el principio, no cometerás ninguna acción reprobable. Si puedes cortarlos en cuanto broten, te librarás de las desgracias y aflicciones de este mundo. Observa tus pensamientos con vigilancia e introspección.
La erradicación de pensamientos negativos
Primero penetra en la mente un mal pensamiento. Entonces cultivas una imaginación fuerte. Te deleitas dando vueltas a ese mal pensamiento, consintiendo que permanezca en tu mente. El pensamiento negativo, al no ser resistido, va gradualmente fijándose en tu mente, hasta ser muy difícil de expulsar.
Los pensamientos ganan fuerza por medio de su repetición. Si cultivas en una ocasión un pensamiento bueno o malo, ese pensamiento tendrá una cierta tendencia a regresar de nuevo.
Los pensamientos similares se agrupan, lo mismo que los pájaros de la misma especie forman una bandada. Si cultivas un solo pensamiento negativo, se agruparán en ti todo tipo de malos pensamientos y te harán caer. Mientras que si cultivas cualquier pensamiento bueno, se reunirán en ti todo tipo de pensamientos buenos y te elevarán.
Controla tus pensamientos. Del mismo modo que conservas sólo las frutas buenas de la cesta, desechando las malas, conserva únicamente los pensamientos buenos en tu mente, rechazando los malos. Extirpa la codicia, la avaricia, el egoísmo. Cultiva únicamente pensamientos puros. Aunque ésta sea una tarea difícil, tendrás que practicarla. Donde no hay esfuerzo no hay ganancia.
Los pensamientos son como las olas del océano. Son incontables. Puedes desesperarte al principio, pues puede que algunos se desvanezcan, mientras que otros se derramarán como una corriente poderosa. Los mismos viejos pensamientos que fueron en una ocasión suprimidos, pueden volver a mostrar su cara después de algún tiempo. Nunca des lugar al desaliento durante tu práctica. La fortaleza espiritual interna se manifestará en ti gradualmente. Podrás sentirla y triunfarás al final. Todos los sabios de antaño tuvieron que afrontar las mismas dificultades que tú experimentaras ahora.
Date cuenta por ti mismo de las graves y funestas consecuencias de los malos pensamientos. Eso te pondrá en guardia cuando éstos te asalten. En el momento que aparezcan, esfuérzate por distraer tu mente con algún otro objeto, con pensamientos positivos, la meditación o un mantra. El deseo sincero de expulsar los malos pensamientos te mantendrá siempre alerta. Tanto es así, que incluso si te asaltan en el sueño, te despertarás de inmediato.
Vigila tu mente a cada minuto. Llena tu mente de pensamientos sublimes y date tiempo para que ellos entre en ti.
El pensamiento claro
La mayoría de personas no saben lo que es el pensamiento profundo. Sus pensamientos se mueven alborotados. Hay mucha confusión a veces en su mente. Sus imágenes mentales están muy distorsionadas.
Los pensadores no abundan en este mundo. El pensamiento es superficial en la gran mayoría de las personas. El pensamiento profundo requiere de una práctica intensa. El hombre que dice la verdad y que tiene pureza moral, alberga siempre pensamientos poderosos. Quien ha controlado la ira por medio de una práctica prolongada, tiene un gran poder de pensamiento.
Cuantos menos pensamientos hay, mayor es la paz. Cuantos menos deseos se tienen, menos son los pensamientos. Recuérdalo siempre.
Una persona adinerada, que está dedicada a especular en una gran ciudad y que tiene un elevado número de pensamientos, tiene una mente intranquila a pesar de sus comodidades. Mientras que un peregrino, que practica en control de pensamiento, es muy feliz a pesar de su pobreza.
A través de una práctica constante e intensa, puedes aquietar tus olas mentales y quedar libre de pensamiento. El hombre sereno sin olas en su mente ayuda más al mundo que el hombre que habla desde una tribuna. La gente ordinaria difícilmente puede entender esto. Cuando estás sereno, penetras e impregnas realmente cada átomo del universo, purificando y elevando al mundo entero. Intenta que tu mente sea un océano tranquilo, sin olas de pensamientos en tu mente.
· En el acto de pensar está implicado todo el hombre, pero sobre todo el cerebro. Pensarás con más claridad y rigor cuanto más sano esté tu cuerpo físico y más fuerte y en equilibrio tu cuerpo de energía vital que lo interpenetra.
· Una mente flexible y abierta es una mente entrenada. Una mente rígida es una fuente de sufrimiento para ti mismo y un peligro para los demás.
· Comprueba con frecuencia si esa opinión que emites es fruto de tu propio pensamiento o del pensamiento de otros. Has de aprender a pensar por tu cuenta, sin temor a equivocarte; de los errores también se aprende.
· Para pensar necesitas relacionar datos. Has de poseer un criterio claro para seleccionar la información fidedigna e introducirla en tu memoria. Tus decisiones serán mucho más certeras.
· Un pensamiento vivo, trabajado y sentido, es fuente de ideas propias. Con un pensamiento puramente intelectual, muerto, no pasarás de ser un almacén de ideas ajenas.
· La opinión pública no es sino la opinión de unos cuantos, que los demás aceptan.
· Atribuir un gran valor a la opinión de los hombres es, por lo general, dispensarles demasiado honor.
· Se debe pensar lo justo. Quien piensa en exceso no vive, se desvive. A quien no piensa le manejan.
· El que piensa en exceso no actúa, no se mueve. El que piensa demasiado poco es temerario. El valiente piensa lo justo.
· El pensamiento consciente no es una actividad espontánea más que en los pensadores de profesión. Esfuérzate en dedicar cada día un tiempo para pensar. No elijas al comienzo algo complicado. Pensar en algo así como en un alfiler, puede ser bueno para empezar.
· ¿Has pensado si tienes tiempo para pensar?
· Un mal pensamiento es ya un castigo.
· Párate a pensar y procura averiguar si gran parte de tu modo actual de pensar no es fruto de tus miedos, de tus complejos, de tus frustraciones, de tu pereza, de tu ambición, de tu lujuria, de tu ira, etc.
· No dejes de alimentar cada día tu alma con hermosos pensamientos.
· Hazte un fichero. Anota en cada ficha un hermoso pensamiento, sacado de tus lecturas, meditaciones, conversaciones, etc... Trata de memorizar uno cada día. Pon una ficha al alcance de tu vista cada día para poder leerlo varias veces.
· Ya que siempre no podemos decir lo que pensamos, pensemos siempre lo que decimos.
· No pienses enseguida que tu sufrimiento se debe a la mala suerte. Examina, más bien, si tu forma de pensar es la adecuada.
· Pensando puedes llegar a algunas verdades sobre ti mismo. Son pocos los que tienen el valor de decirse la verdad.
· ¿Existe alguna verdad absoluta? Encierran más verdad las paradojas que los dogmas. Una teoría abierta e incluso dispuesta a autodestruirse a sí misma es mejor que cualquier doctrina. Lo mejor de todo, la espontaneidad creadora y libre. No defiendas ninguna doctrina. Defiende, en todo caso, un método de conocimiento y de autosuperación. Y sobre todo defiende al hombre y su libertad. http://www.proyectopv.org/1-verdad/1marcoshigienemental.htm
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