«De todo hombre se espera lealtad, más vale ser pobre que mentiroso.» (Pr. 19.22).
«Más vale tener poco con justicia que ganar mucho con injusticia.» (16.
No solamente se debe alimentar al cuerpo físico, sino que mientras permanecemos en esta dimensión debemos de preocuparnos por nuestro crecimiento espiritual, alimentar nuestro espíritu que es lo trascendental.
Al respeto de la relevancia de identificarse con la cultivación espiritual, que muchos han descuidado y que se vislumbra ampliamente en el presente, con escenarios en conflictos, excesivo materialismo, conflictos, tragedias, guerras, hambre, pérdida de valores, no nos sorprende que sobre ello como lo indica srichinmoy.org/espanol/espiritualidad, nuestros sentimientos de auto-interés y auto-importancia son totalmente responsables de ello. La conciencia individual debe expandirse. El hombre necesita inspiración. El hombre necesita acción. La espiritualidad necesita al hombre. La espiritualidad necesita cumplimiento absoluto. La espiritualidad posee el ojo interno que enlaza todas las condiciones de la vida con certeza interna.
El hombre puede hacer y deshacer sus condiciones externas mediante sus pensamientos espirituales. Para el que lleva a Dios en sus pensamientos y acciones, sólo para él, Dios es una Realidad viviente.
La espiritualidad posee una llave secreta que abre la Puerta de lo Divino. Esta llave es la meditación. La meditación simplifica nuestra vida externa y energiza nuestra vida interna. La meditación nos da una vida natural y espontánea. Esta vida llega a ser tan natural y espontánea que no podemos respirar sin tener conciencia de nuestra divinidad.
La espiritualidad no busca gozar o disfrutar el placer de determinadas experiencias, ni busca encontrar, desarrollar, cultivar o lograr nada, ni dentro ni fuera de uno mismo. Es cierto, que la vida espiritual es la mayor aventura en la que una persona se puede embarcar y que supone un desarrollo integral, pero en el momento en que se desea alguna cosa, como alcanzar o experimentar algo, se pierde la esencia misma de la espiritualidad. Tampoco pueden existir reglas, leyes ni doctrinas morales o espirituales, pues lo que es adecuado en una situación puede ser inadecuado en otra y lo que es hoy verdad mañana puede faltar a ella. La espiritualidad “sólo” requiere ser conscientes, aquí y ahora, y obrar adecuadamente.
Debemos estar atento, despierto en todo aquello en que nos interrelacionamos, evaluar como en nuestro comportamiento, acciones, ponderarlas, determinar que tan correctas son, como están impregnadas de valores, moral, éticas, de todo aquello, que garantiza su dinamismo, cómo estas nos ayudan en pro de nuestro crecimiento, experimentar que tan firmes estamos en lo que se requiere para consolidar la fortaleza de nuestro espíritu en nuestra seguridad de proceder correctamente, a favor de nuestro crecimiento espiritual.
Mientras se nos da la oportunidad de vivir, debemos ahondar además, en lo que representa la espiritualidad, en todo aquello que nos permia alimentar nuestro espíritu, identificarnos con su esencia, alcance, lo que representa mientras transitamos por este plano.
En pro de activar nuestro dinamismo en función de alcanzar una buena higiene espiritual, vale la pena considerar algunos consejos:
La vida no es uni-dimensional. Debe ser estudiada desde cada lado y volteada de un lado a otro.
Para realmente entrar en camino necesitas encontrar tu ritmo. Al cuerpo humano le encantan los patrones. Inclusive los retos más desalentadores se hacen más fluidos cuando tienen una rutina. Esto significa hacer la actividad en el mismo lugar, al mismo tiempo, y de la misma forma (lo más cercano posible´
La búsqueda de cualquier objetivo significativo debe ser constante, 24 horas al día. No dividas períodos de tiempo entre “luchar por algo” y “no luchar”.´
Siempre que persigas un objetivo específico, debe ser sin interrupción alguna. Es mejor estudiar una hora seguida que dos horas con interrupciones. Las interrupciones rompen nuestra cadena de pensamiento y limitan nuestra habilidad de retener información. Quitan el poder del estudio
El tú esencial es el que piensa, busca, el ser humano que vive, respira, que ama, que está creciendo constantemente, que desea excelencia, que está hambriento por saber más. Identifícate con éste. Es quien verdaderamente eres.
“Haz el estudio de la vida tu ocupación primordial, y tu profesión algo secundario".
En el camino, vas a distinguir entre la comodidad y el placer, entre el dolor necesario y el sufrimiento en vano. Y en el proceso, vas a descubrir el significado real de la vida
Conviértete en un estudioso de la vida. Estudia donde quiera que estés. Carga contigo libros, pensamientos, etcétera… listos para mantener tu mente en crecimiento. (Sin mirar por la ventana como un zombi).
http://www.articuloz.com/espiritualidad-articulos/la-importancia-del-crecimiento-higiene-espiritual-1721440.html