El Dr. Hans Selye, considerado el padre de los estudios sobre el estrés y fundador del Instituto Canadiense de Estrés, contestando a la pregunta de por qué algunas personas se estresaban en determinadas situaciones y otras no, dijo: “Lo importante no es tanto lo que te ocurre, sino como te lo tomas”. De hecho nosotros no nos estresamos todos por las mismas causas o con la misma intensidad en las mismas situaciones: así alguien puede probar excitación cogiendo un avión y otros pueden estar estresados todo el viaje; algunos hacen del hablar en público su profesión mientras otros pueden sentirse incómodos hablando incluso frente a una sola persona.
Pues, el estrés no nos afecta a todos de la misma manera. De hecho, según el Instituto Canadiense de Estrés, existen 6 diferentes patrones de comportamiento ineficiente en la gestión del estrés, que nos indican maneras específicas de vulnerabilidad al estrés. Les llamamos los Tipos de Estrés.
Todos tenemos algo de cada tipo y ninguna persona cabe perfectamente en uno solo: estos tipos describen más bien extremos. Solemos tener un Tipo de Estrés primario y uno o dos secundarios. Leyendo la descripción de algunas de las características de cada tipo, uno puede probablemente reconocerse en un par de ellos. Sin embargo, para establecer exactamente los propios Tipos de Estrés es necesario hacer un test detallado.
Los 6 Tipos de Estrés.
• El Loco acelerado: es una persona que tiene constantemente el pie en el “acelerador del estrés”; está siempre dos pasos por delante de todos, incluso de sí mismo. Pone en todo lo que hace más del esfuerzo requerido, independientemente de su prioridad e importancia; en el trabajo es conocido como el work-alcoholic, el que se siente insatisfecho si no trabaja más que todos. De habla rápida, interrumpe frecuentemente los demás. Esta persona experimenta largos periodos de fatiga después de esfuerzos intensos. Su vulnerabilidad al estrés nace de su costumbre a malgastar energía manteniéndose a tope en todo momento… cuando necesita energía adicional… ya no tiene más y se hunde.
• El Señor Preocupación: es una persona que tiene dificultad en apagar los pensamientos. Siempre está excesivamente preocupado, pero raramente consigue resultados “constructivos”. Piensa que preocupándose soluciona los problemas, pero de hecho no hace nada más… que preocuparse por ellos. Frecuentemente tiene ansiedad sobre el futuro y angustias por el pasado. Suele crear problemas que no existen y convertir los pequeños en cuestiones de vida o muerte. Sujeto a dolores de cabeza por tensión. Su vulnerabilidad al estrés deriva del desperdicio de energía causado por el mucho debate interno que le sirve para mantener alto el nivel de preocupación
• El Va en Picado: es una persona que vive al límite, con un estilo de vida de indulgencia y auto-abuso. Tiene hábitos de salud y alimentación muy malos (fuma y/o bebe en exceso, usa tranquilizantes y estimulantes, antiácidos, etc.). A menudo obeso; no consigue mantenerse en un programa de ejercicio y/o dieta. Es un excelente candidato para un ataque de corazón en sus 30 o 40 años y suele tener una gran variedad de molestias o enfermedades (migrañas, artritis, nauseas). Su vulnerabilidad al estrés nace de su comportamiento auto-destructivo que debilita su físico… solo es cuestión de tiempo que el sistema corpóreo más débil falle y el cuerpo caiga enfermo
• El A la Deriva: es una persona que tiende a desperdiciar su energía en muchas opciones y actividades o bien concentrándose solo en una (la familia, el deporte, el trabajo, etc.), sin que nada de esto le haga satisfecho. De hecho tiene dificultad en saber de verdad lo que quiere. Parece en perpetua “crisis de media edad” y por lo tanto siente que algo está seriamente faltando en su vida, duda de que existan objetivos y satisfacciones, se siente como que está imposibilitado en convertirse en la persona ideal que quiere ser. Su vulnerabilidad al estrés nace del desperdicio de energía causado por la incertidumbre psicológica sobre lo que le da satisfacción y le gusta
• El Solitario: es una persona que tiende a sentirse solo, a menudo insatisfecho en las relaciones aunque, paradójicamente, pueda parecer “el rey de la fiesta”. Puede sentirse incomodo con los demás, aunque a menudo lo camufla tras una sonrisa. No sabe cómo establecer relaciones de confianza con la gente y por lo tanto se siente solo en manejar preocupaciones y cargas. A menudo en el lugar de trabajo no se siente integrado. Las relaciones emotivas son un ancla emocional importante en la gestión del estrés y la vulnerabilidad al estrés de este tipo nace exactamente de la falta de estas anclas que le obliga a desperdiciar energía en el intento de controlar o suprimir sus emociones más fuertes
• El Debilucho: es una persona que vive constantemente en “crisis de energía”; su energía a menudo desvanece antes del mediodía. Siente que cualquier actividad es demasiada cosa para hacerla. Sufre frecuentes dolores musculares y molestia en los lumbares así como dolores de cabeza y periodos de intensa depresión. Su vulnerabilidad al estrés es debida al estar físicamente en baja forma y no tener vigor y energía para responder a los estresores de una manera sana
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