La verdad que condena no es verdad.
La verdad sólo libera.
La verdad que somete no es verdad.
La verdad sólo desata las cadenas.
La verdad que excluye no es verdad.
La verdad sólo reúne.
La verdad que se pone por encima no es verdad.
La verdad sólo sirve.
La verdad que desconoce la verdad de otros no es verdad.
La verdad es sólo reconocimiento.
La verdad que no mira a los ojos a otras verdades no es verdad.
La verdad es sólo acogimiento sin temor.
La verdad que engendra dureza no es verdad.
La verdad es sólo amabilidad y ternura.
La verdad que desune no es verdad.
La verdad sólo unifica.
La verdad que se liga a fórmulas, por escuetas que sean, no es verdad.
La verdad es sólo libre de formas.
Si la verdad se liga a fórmulas, tiene que condenar, excluir, desunir, tiene que ponerse por encima, dar por falsas otras verdades.
La verdad reside en formas, pero no se liga a ellas.
Por eso, en las nuevas sociedades globales, la espiritualidad no puede pasar por creencias que se proclaman exclusivas poseedoras de la verdad.
Marià Corbí
http://tunaturalezaesconciencia.blogspot.com/2011/11/la-verdad_03.html