Santísima Virgen Maria, que has sido constituida como Auxiliadora de los cristianos, te elijo por Señora y Dueña de mi casa, y te pido que te dignes mostrar en ella tu poderoso auxilio, preservándola de: la peste, del fuego, del agua, del rayo, de los ciclones, de los terremotos, de los ladrones, de los ímpios, de la guerra y de cuantas calamidades tu conoces.
Bendice...protege...defiende y guarda como cosa tuya a las personas que la habitan ya las que *habitarán algun día* en ella, presérvalas de todas las desgracias y accidentes y concédeles sobre todo la importantísima gracia de evitar el pecado.
¡Oh Maria, Auxiliadora de los Cristianos, ruega por cuantos viven en este hogar, que se te ha consagrado para siempre!.
Amen.