¿Te has parado a pensar alguna vez, sobre el enorme potencial de atracción que conllevan las palabras? Tanto las que utilizas habitualmente en tus relaciones de todo tipo, cómo las que utilizas en tus diálogos interiores. ¿Eres consciente que las palabras que utilizas condicionan tus pensamientos, y éstos, a su vez condicionan tus emociones? Tus palabras y tu pensamiento están íntimamente ligados, y si convenimos que tus pensamientos están formados por impulsos de energía e información, verbalizados por el cerebro, no es de extrañar que las palabras que pronuncias estén, a su vez, cargadas de energía en un sentido u otro.
¿Quieres conocer cómo te irán las cosas en un futuro próximo? No, no es necesario que acudas a ninguna vidente, sólo revisa qué estás pensando ahora mismo, puesto que lo que ahora piensas y manifiestas en forma de palabras pronunciadas o en relación a tu diálogo mental, será lo que consigas más adelante.
Toda palabra que creas y emites, actúa de detonador emocional y estas emociones liberadas son las que emitirás y con las que atraerás más de lo mismo, es decir, todo aquello que se encuentre en la misma frecuencia de lo que emites. Si tus palabras son de desánimo o impotencia, vas a atraer situaciones de desánimo e impotencia. Si son de esperanza, vas a atraer esperanza.
¿Cuál es la buena noticia de todo esto? La buena noticia es que tú escoges las palabras que emites, así cómo lo que piensas y sientes. Sólo tú puedes hacer que tu realidad del momento presente sea positiva, como resultado a pronunciar y dialogar mentalmente con palabras positivas. Debes de estar alerta sobre qué tipo de vocabulario utilizas de forma frecuente. Identifica aquellas palabras o frases con carga negativa que utilizas diariamente: “no puedo”, “fracaso”, “obligación”, “deuda”, etc. Substitúyelas por frases o palabras con una carga positiva capaz de influenciar en tus emociones. Ten en cuentas que, palabras o frases positivas o negativas se excluyen mutuamente, por lo tanto, cuando decides que predominen determinado tipo de palabras en tu mente, las contrarias no encuentran lugar y acaban por diluirse.