2 De Noviembre
Este día de plegarias se halla regido por el Ángel del Espíritu Divino.
Apreciando nuestra vinculación con los que ya se fueron, afirmamos la naturaleza perenne de nuestro ser esencial.
El Día de los Difuntos conmemora a los que ya se fueron, a las almas de los creyentes buenos y corrientes que no fueron santos ni pecadores. Con el paso del tiempo, se esfuma el recuerdo de aquellos que han desaparecido de nuestras vidas. Necesitamos reflexionar sobre las cualidades que apreciamos en ellos. Al recordar a los espíritus de nuestros seres queridos, de antiguos amigos o de personas que significaron una diferencia para nosotros, los mantenemos vivos. Evocar sus risas, su paciencia o su guía es una manera de reanimar esas mismas cualidades dentro de nosotros mismos.
Todos hemos gozado de la bendición de contar con personas que dejaron en nuestra vida un rastro indeleble y positivo.
Dedicar este día a recordarlos con una vela, una lectura de las Escrituras o una oración contribuirá a purificar su espíritu divino tanto como el nuestro. El amor nunca muere. Permanece para siempre en las almas.
MEDITACIÓN
Reflexione sobre los espíritus divinos que haya conocido
en su existencia. Quizá fueron amigos íntimos, miembros
de su familia, profesores o personas de las que aprendió
lo que significaban el valor, la fuerza, la alegría el humor
o el cariño.
Manifieste su agradecimiento cuando evoque sus espíritus
esenciales. Conoció la bendición de haberlos experimentado.
ORACIÓN
Amado Ángel del Espíritu Divino,
recuerda nuestro amor por aquellos que ya han
abandonado esta existencia y cuya huella nos hizo mejores.
Ayúdanos a mantener vivo su espíritu a través del bien que hagamos.
El Espíritu Divino existe para siempre en cada acto
consciente de amor.
Te damos las gracias por todos los que nos han tendido
su mano con amor y cariño.
Amén.