La fiesta de San Juan se halla presidida por el Ángel de la iluminación. Celebra el nacimiento del profeta que, como brillante luz espiritual, anunció la llegada del Señor. Este tiempo de gran luz vincula a Dios, al hombre y a la Naturaleza en el desarrollo del año.
El padre de Juan, Zacarías era un sacerdote, y su madre, Isabel, prima de la Virgen María. Un ángel predijo su extraordinario nacimiento en edad tardía para Isabel.
Juan se convirtió en un predicador ascético por las soledades de Judea; llamaba a los pecadores para que se arrepintieran y purificasen mediante el bautismo como preparación al Reino de Dios. Reconoció a Jesús cual Mesías prometido y lo bautizó en el río Jordán.
Esta fiesta integra la luz espiritual del profeta que anunció el advenimiento de Cristo con el brillo del día más largo. Como el día comienza a menguar tras ese momento álgido, así Juan admitió que su influencia disminuiría a medida que aumentase la del Señor.
Son tradicionales en muchos países las hogueras y las fiestas del 24 de junio; nos recuerdan el poder del Sol para iluminar nuestros días y de la luz de la conciencia superior para iluminar nuestras mentes.
Esta fiesta exalta la energía de nuestra propia naturaleza interna para bañar durante todo el año la vida con la luz Divina.
MEDITACIÓN
Permítase experimentar la intensidad de su espíritu íntimo.
Deje que se manifieste en su conciencia de la vida que le rodea y que irradie consuelo, sabiduría y curación hacia todos los que los necesiten. Usted posee la capacidad de aportar esas cualidades a su rincón específico del planeta. Confíe en su luz interior para que lo guíe hasta los corazones y las mentes de quienes lo valoran y que contribuirán a que su luz brille intensamente.
ORACIÓN
Amado Ángel de la Iluminación, abre nuestros ojos a la Luz Divina dentro de nosotros mismos, a la irradiación que alienta en nuestro seno.
Haz que conozcamos cuán brillante es nuestro espíritu y que podamos compartir nuestra bondad del mejor modo que nos sea posible.
Honramos este día luminoso en el que el espíritu de Dios brilla con mayor resplandor.
Que tu luz nos alumbre y bendiga a todos, haciendo resplandecer corazones y mentes.