Todo es cuestión de actitud
Aún conociendo las tres actitudes posibles, todavía puedes preguntarte: ¿Una persona es positiva porque la fortuna le sonríe, o la fortuna sonríe a quien es positivo? La autora lo tiene claro: “Empieza por creer que vas a tener suerte. Espérala incluso cuando no estés segura, y llegará. La buena disposición, el atrevimiento, posee genio, poder y magia dentro de sí”.
Y es que el creador de suerte tiene un punto de vista optimista. “Cada día encuentra cosas valiosas o agradables, pero las encuentra porque las busca. Esto no significa que no pase días difíciles, pero se toma esos momentos como algo pasajero, está seguro de que todo acaba por salir bien”, añade Azrieal Jaffe.
La persona afortunada tiene una mentalidad abierta que le estimula para experimentar y poner en práctica nuevas acciones que enriquecerán su vida y le inspirarán a la hora de solucionar sus problemas, incluso cuando parecen complicados. Refuerza su conducta positiva al contar cosas buenas o, al menos, al no hablar de desgracias, al tiempo que elude frases como: “Yo nunca...” y las cambia por: “Raras veces o hasta ahora... ”. Siente que se merece lograr lo que quiere y no tiene miedo a conseguirlo. Piensa: “¿Por qué no, qué puedo perder?”.
Pero hay más. “No piensa en el cómo. Primero se concentra en el porqué. Luego se compromete a moverse en esa dirección. Por el camino se irá revelando el cómo”. Empieza poco a poco y se recompensa por esos pequeños pasos, lo que actúa como incentivo para seguir motivado en su objetivo, esa suerte mayor”.
No se rinde pronto, desdramatiza y utiliza el sentido del humor para dejar de ser una víctima. Evita los peros y las autojustificaciones pues sabe que sabotearse “por culpa de alguna debilidad percibida –o real– hará muy poco para mejorar su autoestima, su impulso, su motivación o su potencial de creación de suerte”.
Como alguien dijo: “Somos muchos los que hemos oído cómo la oportunidad llamaba a nuestra puerta, pero cuando hemos conseguido desenganchar la cadena, descorrer el cerrojo, abrir dos cerraduras y apagar la alarma antirrobo, ¡ya se ha marchado”. Así que fuera miedos y prejuicios que sólo actúan como lastre. Con esto y un poco de iniciativa, la suerte te sonreirá.