¿Quién soy? ¿Cómo me ven los otros?
¿Por qué siempre me pasan las mismas cosas?
¿Por qué conozco a personas “incorrectas”?
Los chinos dicen “mala suerte, buena suerte, ¿quién sabe?”. Todo nos sirve para aprender y para subir otro peldaño en nuestra conciencia de la vida. La capacidad para sacar provecho de los sucesos de “mala suerte” se llama resiliencia.
El universo es un cruce de energías. La astrología revela la fuerza de esas energías en nuestras vidas.
Las relaciones que generamos comienzan disparadas por nosotras mismas, no están incluidas en un gran libro cerrado sino que todo el tiempo las co-creamos con el universo.
Cuando realizamos una acción obtenemos resultados. Si las acciones van acompañadas por una conciencia más clara o despierta, los resultados se acomodan al alma. Las que quieran pueden llamarla intuición o voz interior o dios, es lo mismo.
En el universo todo fluye, todo vibra, es la base de la física cuántica. La carta natal es una especie de ADN energético o de documento de identidad único e irrepetible, donde se mueven energías femeninas y masculinas, frías y calientes, pasivas y activas, de lucha y de intuición.
Mientras el sol es un aspecto masculino de calor, brillo y acción; la luna es un aspecto femenino de frío, profundidad, magnetismo y emoción. Ni uno ni otro son superiores o inferiores. Cada uno es imprescindible.
Hablamos de aspectos y no de sexos. Una mujer puede tener mucha energía masculina y un hombre, mucha femenina. Asi como hay etapas en nuestra vida en que estamos más activos o más pasivos. Los chinos hablan del ying y yang. Son necesarios los opuestos para que el mundo se complete.
La luna puede equipararse con el inconsciente, con las imágenes, las pulsiones primarias, lo pre-racional. La luna es la señora de las emociones. ¿Por qué sentimos de determinada manera? ¿Por qué nos rodeamos de personas frías o por qué una persona es fría con nosotros y no con otros?
La luna es energía femenina, una matriz de comportamiento emocional, que remite a modelos de la infancia. Si repetimos los mismos patrones recibiremos idénticos resultados. En lo conocido hay una zona de confort, aunque esto no nos haga felices.
Todo lo que se repite es poco creativo, el universo lo sabe y no hace dos flores iguales. Ni dos personas iguales, aunque hayan nacido en el mismo lugar, a la misma hora. Lo que las diferencia es el nivel de conciencia adquirido.
Los planetas por sí solos no deciden nada, si nos acordamos que somos co-creadores de nuestra vida.
Para ser plenos necesitamos ponernos a tono con la vida y fluir con ella, ser flexibles y mutar. Un cambio, por mínimo que sea y nos resulte costoso material o espiritualmente, siempre provoca una reacción en el afuera.
Si conocemos nuestras tendencias en este sentido, estaremos atentas a ellas, para mejorarlas o para activar nuestras partes mejores.
La astrología no nos dice lo que tenemos que hacer o lo que seremos sino que nos muestra lo que somos, nuestras sombras y nuestros brillos.
Cuál es la astrología que NO nos sirve: la que asusta, la que te dice “cuidado con…”, la que se pone por sobre el consultante y no tiene un dialogo real con él. La que te dice que tu carta es “difícil” o que un signo es “malo”. La vida necesita de todas las energías sin excepción y todos fluctuamos entre luces y sombras.
Para qué NO sirve la orientación astrológica: como un oráculo que nos va a adivinar los sucesos y frente a los cuales seremos sujetos pasivos. “Me pasó esto…” “Me hizo aquello….”
Una orientación astrológica nos sirve para conocer:
Cuáles son nuestras energías masculinas y femeninas
Nuestras fuerzas y debilidades y trabajarlas internamente
El modelo afectivo de comportamiento que tenemos incorporado
Abrir nuestra conciencia sobre lo que somos y cómo nos ven los demás
http://motivacionplus.com.ar/blog/2011/06/07/cual-es-tu-suerte-en-el-amor/