Una de las aspiraciones más deseadas en el ámbito y complejo mundo de las relaciones interpersonales, es el anhelo de caer muy bien a todos los que nos rodean; esto incluye su aceptación, aprecio, cuando no su admiración. Tal pretensión no es real y es percibida por los terapeutas como una distorsión cognitiva, o forma errónea de pensar, no muy centrada en la realidad de la convivencia personal. La verdad es que a muchas personas no les caeremos del todo bien (aun cuando no les hayamos hecho daño alguno), generando rechazo, ausencia de empatía, incluso distanciamiento para con nosotros. Las personas con problemas afectivos, en el sentido de que buscan la aprobación, el amor, afecto en los demás, de una manera patológica, sufren al no sentirse aceptados por la humanidad en general.
En esencia, una autoestima sana, cultivada, percibe la realidad de que es posible lograr empatía con otras personas, entretanto con otras será casi imposible llevarse bien. A veces tal rechazo o desacuerdo no es fácil psicológicamente de explicarse. A uno le cae regular alguien, y bueno, no es fácil superar tales sensaciones, aun cuando el otro no nos haya hecho daño alguno.
Hacer depender el bienestar propio de que el mundo nos esté aceptando, aprobando, no es sano porque nos llevaremos múltiples decepciones por el rechazo y la incomprensión. La mejor aprobación es la que logramos darnos de manera adecuada, equilibrada. Claro, aparte de la aprobación que el Creador nos da como personas hechas a su imagen y semejanza.
Es preciso tener muy claro, que la gente no debe soportar nuestros gustos excéntricos o malos hábitos, acaso nuestros comportamientos inmorales. Se enfatiza aquí el hecho de que no podemos tener contentas a la personas a la vez, darles gusto, pues somos imperfectos. En realidad, tenga en cuenta que las personas son personas, y todo lo que ello implica: imperfección, conflicto, desacuerdo, intolerancia, crítica...algo con lo cual debemos luchar para un mundo y convivencia mejores. Cuide su autoestima de pensar que se sentirá mejor si da gusto a todos.
Evalúese al respecto de lo que sugiere el capítulo: ¿Trata usted de caerle bien a todo el mundo? ¿Trata usted de ser complaciente con los demás en todo? ¿Recibe usted satisfacción absoluta de las demás personas? ¿Cuáles son sus reacciones cuando siente que alguien no le acepta o usted no le cae muy bien? ¿Qué factores hacen que alguien no le caiga muy bien a usted? Explique sus razones
SEA TOLERANTE
La tolerancia es uno de los valores más importantes en la vida. Deriva directamente del amor. Literalmente puede definirse como la capacidad de poder soportarlo todo; las relaciones interpersonales difíciles, las situaciones adversas; las dificultades, la realidad difícil del mundo, entre muchas variantes. Este valor (virtud cuando se logra un buen grado de desarrollo) reporta importantes ganancias emocionales, espirituales, y por supuesto, en la autoestima de la persona. En realidad ser tolerante, presupone no estar dispuesto a entrar en conflictos innecesarios, incluso agredirse con otros por detalles que no valen la pena.
Uno puede percibir tal proceso en la persona muy sensible, hipersensible, que se afecta por cualquier cosa, todo le incomoda, dañándose el rato, el día completo. Si estas personas sanaran su corazón, perdonaran, aprendieran el valor del amor reflejado mediante la tolerancia podrían vivir su cotidianidad con una mejor actitud. Ser tolerante protege la autoestima de entrar en confrontaciones que a la postre podrían hacerlo sentir a uno muy mal o rebajarlo como persona. No se trata de evitar las interacciones con las demás personas, especialmente las conflictivas, sino poseer una actitud privilegiada de discernir lo necesario de lo innecesario en la convivencia a nivel general. Finalmente aprendemos a madurar rozándonos/estrellándonos con otros en el trato, sea este agradable o desagradable.
Si desea conservar su autoestima, la tolerancia para con las situaciones de la vida, que no ameritan ser motivos para perder el bienestar interior, es más que una virtud, es un valor integral para cuidarse de las influencias nocivas típicas de las relaciones interpersonales.
Piense en la situaciones-detalles que a usted le incomodan, le roban su paz interior ¿Con cuánta frecuencia le ocurre? ¿Cómo enfrenta las situaciones cotidianas molestas de la vida? (Por ejemplo: que no lo atiendan rápido en algún lugar) Recuerde una situación donde perdió su paz interior, sin un motivo realmente importante en la vida para ello. Así mismo, usted puede elaborar un pequeño cuadro sinóptico de situaciones para las cuales requiere el ejercicio amoroso de la tolerancia. Trate de colocar enfrente una posible estrategia para no caer en la trampa.
Autor: Alfonso Barreto