Dentro nuestro existe un diálogo constante que muchas veces nos confunde y nos daña. Una vos a la cual le damos el poder de remarcarnos constantemente lo poco que valemos, lo fea que estamos, lo gorda que nos vemos en el espejo, las arrugas que marcan que la juventud nos está abandonando y muchas otras frases desvalorizadoras que nos lastiman.
Es momento de parar el juego y cambiar el contenido de este diálogo por frases que hablen de tus virtudes y te hagan sentir bien.
No pretendas controlar los pensamientos, es una tarea titánica que te va a dejar sin fuerzas para avocarte a lo que realmente te puede ayudar.
Este proceso de cambio se va a ir produciendo paulatinamente. Los pensamientos negativos surgirán sin que te des cuenta pero cuando te percates que este diálogo esta llevándose a cabo en tu interior, cambia inmediatamente de frecuencia y comienza a pensar cosas que te ayuden.
Ejemplo: te estás mirando al espejo y sin que te des cuenta estás comenzando a sentirte mal, tu cabeza comenzó a decirte cosas como: ¡qué vieja estás!, ¡éstas arrugas ayer no estaban!, si seguís así un día te vas a levantar y tu cara va a parecer un papiro…
Cuando te das cuenta de esto, cambia el diálogo intencionalmente: estás hermosa, eres una mujer muy inteligente, los años te aportan felicidad y sabiduría…
En cualquier situación que te encuentres y percibas que lo que estás pensando no construye sino que te destruye, cambia la frecuencia y dite cosas bellas y positivas
Al comienzo te puede parecer que no funciona, que nada cambia porque te digas cosas positivas, pero verás que de a poco va a ir modificándose tu Actitud y eso servirá para que tengas una mejor relación con vos misma. Persiste, no pierdes nada.
¿Qué te hace sentir bien?
¿Qué te gusta cuando te ves?
Hay mujeres que están tan acostumbradas a criticarse que jamás pueden darse cuenta lo valiosas que son. Cuando se miran al espejo solo ven “defectos” y lamentablemente van acumulando odio contra sí mismas. Otras viven comparándose con tal o cual, siempre hay alguien mejor.
En mayor o menor medida vamos creando imágenes falsas de lo que “deberíamos ser” que nos dañan y nos genera muchísimo sufrimiento.
Pero quizá sea hora de cuestionar todos esos falsos modelos y PERMITIRNOS disfrutar y valorar lo que realmente somos.
¿Y qué somos?
Cada una de nosotras está dotada de una gran variedad de atributos, ya sean físicos, intelectuales o espirituales.
Todas, sin excepción, somos buenas para muchas cosas y es importante descubrir y valorar aquello que nos identifica.
Depende de cada una permitirse averiguar, si es que todavía no lo sabemos, cuales son esas cosas que nos hacen ser únicas y acá menciono el permitirse porque esto es una tarea que debemos hacerla mirándonos hacia adentro y sabiendo que las virtudes ya existen en nosotras y que es nuestro derecho reconocerlas y sentirnos orgullosas por ello.
Tenemos que aprender a ver más allá de lo físico, de mirar quienes somos independientemente del peso o la estructura de nuestro cuerpo.
Vivimos insatisfechas por el exterior, siempre algo nos sobre o nos falta y no nos animamos a darnos el valor que realmente poseemos.