El Conocimiento de Una Misma (o)
El primer paso para comenzar a construir una Autoestima Sana es mirarnos, explorarnos, descubrirnos. Para esto es necesario sincerarse con una misma y empezar a autoanalizarse para poner en palabras aquello que pensamos de nosotras mismas
Por lo general, las mujeres estamos influenciadas por un bombardeo constante de imágenes exhibidas por los medios de comunicación, en las cuales muestran mujeres “perfectas”, cuerpos esculpidos a base de cirugías y sufrimientos, cutis de porcelana, cabellos brillantes como el sol y sin el más mínimo daño aparente y vestidas de forma impecable.
Pero, aunque sabemos que esta aparente perfección es mentira, la terminamos creyendo y esto genera una insatisfacción constante que a veces no sabemos ni explicar.
La “industria del inconformismo” tiene millones de clientas en todo el mundo, mujeres de la mas variada gama, desde estrellas de Hollywood que se someten a gran variedad de tratamientos y van transformándose en otras personas que ni ellas reconocen, hasta simple mortales que, si no podemos realizar ninguna de las opciones mágicas que ofrecen, nos sumimos en una lucha eterna en contra de nosotras mismas.
El problema no radica en adquirir algo de lo que ofrecen, sino hacerlo una y otra vez aumentando cada vez más el rechazo hacia nosotras mismas. Y aquí es donde nos volvemos cada vez mas disconformes buscando la “perfección” que solo el photoshop consigue.
Para comenzar a andar este camino de autoexploración es necesario que aprendas a escucharte. Cuando logramos acallar las voces exteriores que nos dictan lo que es bello y lo que no, lo que está bien o no, podrás escucharte verdaderamente.
Saber cuáles son tus virtudes, aquello en lo que destacas, lo que mejor te define, te hace darte cuenta que Todas las Mujeres poseemos una Belleza Única.
No existen estereotipos a seguir, nadie tiene el poder de decirte quien eres, tu definición solo la tienes tú.
Ejercicio para Realizar:
Busca un momento de tranquilidad y silencio y toma lápiz y papel. Comienza a enumerar Tus Virtudes, todo aquello que consideres que eres o haces bien. Por ejemplo:
o Soy creativa
o Tengo facilidad para aprender
o Soy espontánea
o He sido fuerte y me pude sobreponer a tal circunstancia…
o Soy paciente
o Me sobrepongo a las circunstancias con facilidad
o Soy agradecida
o Logré tales cosas…
La lista puede ser tan amplia como te permitas hacerla. Deja la humildad de lado y dedícate a darte cuenta cuantas cosas positivas encuentras.
Mantén esta lista cerca tuyo donde puedas leerla con regularidad.
No te olvides de seguir agregando todo lo que se te vaya ocurriendo.
Puedes hacerte un cartel con letra bien visible y colocarlo cerca de tu cama y de esta manera, cuando te acuestes y al levantarte, podrás leerla.
Otra opción es escribir todo en una tarjeta pequeña que consigas llevarla dentro de tu cartera o billetera y puedas sacarla y leerla en diferentes momentos del día.
Es importante que la releas tantas veces en el día como te sea posible y que no repitas como una lorita, recuerda que son Tus Virtudes y merecen ser Sentidas como tal.
Intenta poner sentimiento en lo que estás leyendo, no es la lista del supermercado. Admítelas y disfrútalas, tienes ese derecho.