La escritura es un ejercicio terapéutico. Todas las personas deben escribir. Pequeñas frases, pequeñas traducciones, letras de canciones, recetas de cocina, plegarias religiosas, e mails a amigos distantes...
La escritura libera, nos permite expresar emociones que anidan en nuestro corazón y quizá, verbalmente es difícil o imposible transmitir.
Una pequeña libretilla en el bolso, un computador personal para registrar ideas, todo, absolutamente todo es válido para alimentar nuestro espíritu. Y existe algo milagroso, cuando emprendemos esta transformación espiritual, cuando comenzamos a recolectar esa información útil para nuestro ser... aparecen personas que están en nuestra misma sintonía.