“¿Cómo se comparte lo recibido?”
¿Te has preguntado qué es lo que recibes con las circunstancias que suceden?
Puedes elegir. Existe, como posible, que uno atraviese el hecho material en sí, preguntándose ¿qué es lo que tengo que aprender? ¿Cuál es el mensaje que necesito recibir? ¿Para qué existe esta situación? Cuánto puedes interpretar de cada experiencia será acorde a tu tiempo de aprendizaje. Verás que una misma experiencia material cambia su riqueza en distintas etapas del ser.
Por ejemplo: el primer grito que un adulto querido dirigió hacia ti siendo niño, tiene otra interpretación hoy para tu niño interno o para tu adulto de hoy o para tu ser si ese adulto sigue permaneciendo con esa forma de expresarse.
De la forma que uno elige cómo recibir cada instante depende la gratitud por la entrega que deja la experiencia, desde lo que hayas percibido en este ahora como lo que llegará en otros momentos. Por ejemplo: Una misma experiencia a un ser lo ha llevado hacia un lugar y la misma experiencia a otro ser lo ha dirigido a alcanzar otro espacio-tiempo. Entonces, ¿de qué y de quién depende el significado de una circunstancia?
Es tú libertad. Esta libertad es tu ser mismo, y como tal es inseparable, indestructible, e inalterable.
Lo que sí puedes hacer es elegir que otros decidan por ti, y aún así la estás utilizando.
Tú elijes.
Pase lo que pase, tú decides qué pensar, qué sentir, qué decir, qué hacer, y qué dar, y con todo ello qué vida vivir.
¿Cuál es la necesidad interna proyectada en creer que
la razón de la propia felicidad está en otro?
Date tú oportunidad a cada instante.
Es tú dicha, tu paz, tu individualidad, tu diario vivir cada instante llamado vida.
“Hoy es un mensaje vivo enviado al futuro…para uno mismo”
Y cuando habiéndolo logrado vuelvas a perderte en algún pasado o futuro, relaja tu pensar, y vuélvelo a intentar. Lo lograrás.
Sé que si quieres ser feliz, lo serás.
Gracias por haber llegado hasta aquí, por darle este sentido a mi vida mientras escribo y por el tiempo compartido al leer estas líneas.
“Si no puedes avanzar, elévate.
Si no puedes elevarte, avanza.
Si no puedes elevarte, ni avanzar, reflexiona.
Y si no puedes elevarte, avanzar, ni reflexionar,
entonces descansa”