EJECUCION: De pie, con las piernas separadas y ligeramente dobladas; las manos apoyadas en la parte superior de los muslos; el tronco ligeramente arqueado. Haga una inspiración completa y, acto seguido, mediante una exhalación forzada y rápida, vacíe por completo los pulmones. En este momento se contraen con fuerza los músculos del abdomen y se eleva el diafragma, de modo que el ombligo esté lo más cerca posible de la columna vertebral. Habiendo llevado todos los músculos lo más adentro y arriba posible, se realiza una contracción imitnado el gesto de vómito, con lo cual las vísceras tienden a subir aún más hacia arriba; por ello es conveniente apoyarse firmemente con las manos en los muslos. Queda entonces una notable cavidad abdominal que se extiende desde el arco inferior de las costillas hasta la pelvis. Los músculos del cuello quedan también con este ejercicio automáticamente contracturados. Mantenga esta posición, sin aire, el tiempo que le sea posible sin excesivo esfuerzo. Relaje entonces de golpe todos los músculos del abdomen, de la espalda y del cuello. Inhale despacio y, al exhalar, acabe de aflojar por completo todos los músculos abdominales. Haga unas cuantas respiraciones normales para que le sirvan de descanso.
OBSERVACIONES: Este ejercicio puede repetirse de 3 a 7 veces por sesión.
EFECTOS: Estimula la acción peristáltica del intestino. Actúa como estimulante de las ramas simpáticas del sistema nervioso vegetativo. Estimula asimismo las secreciones gástricas y el funcionamiento del hígado. Efecto vitalizador psíquico notable; eleva el tono afectivo y el dinamismo mental.