Existe una ley que gobierna todo lo creado, se le ha llamado la Ley del Heptaparaparshinock o Ley del Siete. Esta ley organiza todo de acuerdo a este número. Si reflexionamos un poco en derredor nuestro, la veremos en muchas cosas:
Los 7 días de la semana asociados a la influencia de 7 planetas: Lunes (luna), Miércoles (Mercurio), Viernes (Venus), Domingo (Sol), Martes (Marte), Jueves (Júpiter) y Sábado (Saturno).
Las 7 notas musicales, los 7 colores visibles del arco iris, las 7 maravillas del mundo.
Según Manuscritos antiguos, inscripciones y leyendas, el planeta tierra tiene que tener también 7 razas, la piedra del Sol el famoso calendario Azteca por ejemplo, habla de 4 razas anteriores y asegura que nosotros somos la quinta.
El sabio Paracelso y algunos textos de la India asegura que el Ser Humano tiene 7 cuerpos: Físico, Vital, Astral, Mental, Causal, Conciencia, Ser.
Los yogis afirman la existencia de 7 centros Magnéticos, denominados por ellos los 7 chacras, afirman así mismo, que de ser desarrollados nos darían otros 7 sentidos.
Tenemos 7 centros que a semejanza de cilindros de un automóvil, nos hacen actuar: Intelectual (En donde elaboramos nuestros pensamientos, ideas, recuerdos), Emocional (alegría, tristeza, optimismo, etc.), Motor (Encargado de los hábitos, deportes, etc.), Instintivo (Maternal, conservación, etc.) Sexual (reproducción de la especie), Mental Superior y Emocional Superior. Las Siete Palabras, que pronunciara Jesús el Cristo en el Gólgota. Los alquimistas medievales afirman la existencia de 7 Elementos fundamentales: Tierra, Agua, Aire, Fuego, Éter, Luz Astral y Mente Cósmica.
Los Siete Pecados Capitales: Lujuria, Pereza, Gula, Envidia, Codicia, Ira, Orgullo. Contra los cuales todo ser humano debe luchar en su vida. Las Siete virtudes, que lograría aquél que eliminase cada uno de los Siete Grandes defectos mencionados: Humildad, Diligencia, Templanza, Amor, Control sobre la energía creadora, Alegría por el bien ajeno, Altruismo.
Existen leyes que nos gobiernan día a día, palpables de momento en momento, basta que dirijamos nuestra atención hacia nosotros mismos y a la naturaleza para darnos cuenta de que existen. Lamentablemente, el ser humano parece que ya no tenemos tiempo para esas cosas y preferimos lo superficial, lo que no tiene importancia.
Si buscáramos más en si mismos descubriríamos todo un universo en nosotros.