Existen tres fuerzas focales o primordiales que podemos representar por EL PODER o voluntad de ser y hacer o manifestar EL AMOR o sentimiento de unida
Existen tres fuerzas focales o primordiales que podemos representar por EL PODER o voluntad de ser y hacer o manifestar EL AMOR o sentimiento de unidad y afecto LA SABIDURÍA o conocimiento de la verdad, que son los pilares que van a cimentar nuestras vidas y que siempre van a tener una representación fuera de nosotros y una pulsación dentro de nosotros. Así, en nuestra infancia, estos pilares se ven representados fuera por el Padre, la Madre y los Abuelos, necesitando exclusivamente de ellos para poder crecer interiormente en este triángulo en equilibrio y para que en la adolescencia, que es cuando este triangulo se activa interiormente, el individuo tenga una base en la que sustentarse y evolucionar, ya que cada persona nacida en este mundo viene a crear su propio triangulo a través de su propia investigación personal y experiencias.
Es también en la adolescencia, cuando el individuo busca nuevas representaciones externas del poder, el amor y la sabiduría y es cuando vemos a los jóvenes buscando esos arquetipos en personajes públicos o históricos, mas afines con su propio sentir interno, mas allá de los aprendidos en sus casas y escuelas.
Lo ideal sería el tener una base firme que suponga el equilibrio, autoestima y directriz para iniciar la búsqueda del propio propósito existencial por parte del joven, pero nos encontramos con el problema de que este triangulo primordial, que se debería heredar en los primeros 7 años de vida de nuestros progenitores, no se da correctamente por los propios traumas de éstos, aun cuando su intención fuera el proporcionar ese bagaje y equilibrio, heredándose al final también las propias deficiencias.
Esto da lugar a que el niño vaya desarrollando desde pequeño sus propias estrategias psicológicas para compensar las deficiencias en el triangulo. Es por esto que los niños pueden ir creando actitudes de rabia, frustración, ansiedad, autismo e incluso crearse estados enfermizos.
Esta falta de sustento en los primeros años es la que va a provocar un sentimiento inconsciente de inseguridad, desequilibrio y sorda infelicidad y vamos a estar buscando constantemente el ser adoptados por otro que represente lo que nos falto para crear nuestra base.
Así mismo, esa creación inconsciente nos hará muy difícil el conectarnos con nuestro propio triangulo interno de PODER-AMOR-SABIDURIA que tratará de brotar desde la adolescencia impulsándonos a desarrollar nuestro propio propósito y misión de vida, debido a que mucho de nuestras actitudes estarán sometidas por la presión del subconsciente, con lo que atenderemos muchas mas veces a sugerencias externas que a nuestra propio impulso.
Esta sensación de impotencia y de inseguridad va creciendo con la edad, con lo que vamos recreando una personalidad psicótica siempre a la defensiva y siempre inmadura, buscando una constante compensación, demandando a parejas, jefes, compañeros e incluso hijos el ser adoptados por ellos, incapacitándonos para asumir nuestro destino y responsabilizarnos de él.