No podemos afectar positivamente la vida de otras personas a menos que realmente los apreciemos. Ya sea en el trabajo, en un matrimonio, entre amigos, vecinos. Si queremos motivar a los demás tenemos que aprender a dar aprecio sincero por los logros conseguidos, por la buena actitud que han tenido, por la disponibilidad para aprender, etc. Dicen que en la educación de un niño, es mucho más importante alabar la buena conducta que reprender la mala y si nos paramos a pensar generalmente lo hacemos al revés, tendemos a enfatizar la mala conducta.
¿Porqué no damos más aprecio? ¿Porqué si sabemos los buenos efectos que tiene en nosotros y en los demás, no somos más conscientes de prodigarlo libremente a los demás?
Encontré algunos puntos que quizás pueden ser válidos:
No estamos acostumbrados y nos sentimos humillados al tratar de hacerlo.
Temor a lo que pensarán de nosotros.
Pensar que si damos demasiado aprecio esa persona se pondrá demasiado orgullosa.
Nos cuesta ver lo positivo en otros.
Nos cuesta apreciar a otros cuando nosotros mismos estamos cargados con vivencias negativas.
Sea la razón que sea que te está frenando, ¡recuerda! saldrás ganando si muestras un interés sincero por los demás.
Algunos consejos para dar aprecio:
No esperes a que los demás empiecen a darte aprecio, da tu el primer paso.
El aprecio tiene que ser sincero de lo contrario se convierte en adulación. Por supuesto que la adulación raramente funciona con la gente que discierne. Es algo hueco, egoísta y poco sincero. La diferencia entre el aprecio y la adulación es muy sencilla. Una es sincera y la otra no. Una procede del corazón; la otra sale de la boca. Una es altruista; la otra egoísta. Una despierta la admiración universal; la otra es universalmente condenada.
No inicies lo que va a ser una crítica con un elogio sincero seguido de la palabra "pero" y acabando con la crítica. Porque eso hará que se cuestione la sinceridad del elogio, que le parecerá un truco para poder pasar al contrabando de la crítica. Esto podría evitarse cambiando el "pero" por "y". El mero cambio de una pequeña palabra puede representar la diferencia entre el triunfo y el fracaso en cambiar a una persona sin ofenderla.
Al igual que cualquier otro aspecto que forme parte de las relaciones humanas, el interés por otras personas ha de ser sincero. Debe de ser beneficioso no sólo para la persona que muestra el interés, sino también a la que recibe la atención del primero. Un recomendable acto de humildad es reconocer que cada persona con la que entramos en contacto tiene algo para enseñarnos y de la cual podemos aprender.
"El que se guarda un elogio, se queda con algo ajeno."
Pablo Picasso
"Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso." Sigmund Freud
http://www.vivirfeliz.org/search/label/Aprecio