¿Cuánto control tenemos de nuestras vidas? La mente está continuamente enviándonos mensajes para que hagamos una cosa o la otra, y nuestra falta de conciencia, sigue ciegamente estas órdenes. Estos mensajes pueden ser contraproducentes, porque cuando la mente nos controla siempre toma la opción más fácil, pero no quiere decir que sea la mejor. Cada vez que intentamos algo nuevo, se renuncia a realizar otra elección. Esto puede ser a causa de un capricho. De esta forma se le otorga más control a la mente y se entra en un círculo vicioso que es difícil de romper.
Para la mayoría de las personas, nuestro sentido del yo, deriva del contenido de nuestra mente. Los recuerdos son la proyección de nuestro pasado plasmándolos en el futuro, mezclándose con el bagaje que hemos acumulado, y a éste lo utilizamos para determinar quiénes somos. Separamos estos recuerdos como si fueran ajenos a nuestro ser, ya que la mente necesita manipularnos todo el tiempo.
Identificamos la herramienta, pero no sabemos aplicarla. Dejamos que la mente nos maneje a su antojo, y esta forma de enfrentar la vida, no nos ayuda para avanzar hacia lo que deseamos.
Establecer claramente los objetivos, nos proporciona el mecanismo a través de cual podemos romper ese control. Para las personas que quieren que su vida sea un éxito, determinar sus metas, tiene que convertirse en una necesidad. Nuestros sueños tienden a ser más grandes de lo que esperamos.
Para materializar estas metas, se debe diseñar un plan y superar los obstáculos que se presenten. Si es necesario se debe hacer un esfuerzo adicional para que todo vaya en su carril. Así el éxito ya no es una cuestión del azar, sino que se está determinando cuales son los pasos a seguir para que se llegue a él. ¿Hay algún beneficio oculta detrás de la fijación de las metas?
Cuando se puntualiza las metas y se toman las medidas necesarias para alcanzarlas, se empieza a tratar a la mente como una verdadera herramienta. Hay que estar atento a las distracciones porque nos alejan de nuestros objetivos. Si sucede esto, céntrate nuevamente en tu actividad y dale toda tu atención. Este conocimiento se puede utilizar para hacer contacto con lo que realmente somos y romper con el control que ejerce nuestra mente sobre los actos que realizamos diariamente.
Cuanto más tiempo se sostenga esta toma de conciencia, menos control tendrá la mente. La mente y el tiempo son inseparables. Cuando ponemos toda nuestra atención en el presente, estamos rompiendo con las ataduras del tiempo, y se permite al verdadero yo, que se haga cargo de sus decisiones. La mente no se puede comparar con lo que nuestro verdadero yo nos puede ofrecer. Las respuestas están dentro de nuestro presente. Solo hay que saber dirigir a la mente y darnos la oportunidad de ser dueños de nuestras propias decisiones.
http://www.dondeexitos.com/2011/04/11/%C2%BFhay-un-valor-oculto-cuando-se-delimitan-las-metas/