Existen dos plantas: El diente de león y el equiseto o cola de caballo que pueden ayudar a combatir internamente la celulitis. A continuación se presenta cada una de ellas
El diente de león
El diente de león es una planta conocida en todas las regiones templadas de la tierra, principalmente en Europa, Asia y América.
Tiene las hojas dispuestas en roseta, largas, estrechas y recortadas en profundos dientes semejantes a una sierra; presenta una nervación central un poco prominente, tanto por encima como por debajo.
Su raíz es pivotante, algo gruesa al principio, pero se va afinando según se extiende; sus flores se agrupan en una cabezuela apretada, y tienen la apariencia de un globito sedoso, formado por infinidad de vilanos encargados de llevar las semillas que van a ser esparcidas por el viento.
La raíz y las hojas son empleadas. Éstas últimas pueden ser recogidas a través de todo el año, mientras que las primeras sólo durante los meses de agosto, septiembre y octubre.
Para conservar las raíces deben secarse, después de limpiadas y cortadas en rebanadas, en un horno ligeramente tibio. Son más eficaces cuando están frescas, aunque pueden utilizarse también secas. Se dice que esta planta es diurética, y se puede emplear como colagogo, así como para otros padecimientos digestivos y algunas afecciones de la piel.
Propiedades cosméticas: Las hojas se usan para eliminar o rebajar el color de las pecas. Una decocción de esta planta puede ser empleada para combatir la celulitis (o para lavados vaginales en los casos de prurito vulvar).
Equiseto o cola de caballo
Crece silvestre, en las zonas húmedas y arcillosas de algunas regiones de España, así como a la orilla de los caminos. También se encuentra en otras regiones de Europa, en América del Norte, en las regiones nortes de África y en la zona occidental de Asia.
Como planta perteneciente al grupo de los heléchos, está desprovista de flores. Sus tallos están dispuestos sobre un rizoma que se encuentra enterrado a cierta profundidad.
En el mes de marzo brotan los primeros, con una altura máxima de 20 centímetros, rojizos y anchos. Al final presentan como especie de una espiga que libera las esporas con las que se reproducen.
Después de desprendidas las esporas, estos tallos desaparecen y van naciendo otros, estériles, erguidos y al mismo tiempo endebles y huecos, de color verdoso, que por su apariencia hacen recordar las hojas del bambú, ya que muestran segmentos de tramo en tramo con algunos nudos; llegan a alcanzar una altura de 20 a 60 centímetros. Las ramas son delgadas y segmentadas, dispuestas en grupos de 10 a 12, en forma de rosetas cerca de los nudos.
La planta entera es utilizada con fines terapéuticos, preferentemente las partes verdes; actúa como diurético y también como hemostático y hematopoyético. Para conservarla se puede secar al aire libre.
Propiedades cosméticas: En forma de infusión sirve para eliminar las toxinas del tejido subcutáneo en los casos de celulitis, y es recomendada también en los casos de menstruaciones abundantes.
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